tag:blogger.com,1999:blog-214178262024-03-06T23:35:13.385-05:00Alejandro GaviriaAlejandro Gaviriahttp://www.blogger.com/profile/08910006598161301475noreply@blogger.comBlogger551125tag:blogger.com,1999:blog-21417826.post-81788142137629894752019-11-10T19:16:00.000-05:002019-11-10T19:32:33.977-05:00Moralidades legendarias <div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Los debates políticos sufren de un parroquialismo más o menos irremediable. Casi sin excepción, en épocas y lugares diversos, los opinadores (los encargados de comentar, jugada a jugada, el <i>reality </i>confuso de la política) se lamentan diariamente de los vicios de su país y su tiempo. Confunden a menudo los males eternos con los problemas de la coyuntura. La crítica carece, casi sobra decirlo, de perspectiva histórica. Le falta antropología, le sobra sociología. </span></div>
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">No sobra, entonces, recordar que la farsa y la hipocresía de los políticos son casi una competencia laboral (como la llaman ahora). “La política es necesariamente oportunista. El político trabaja baja unas condiciones que hacen esto inevitable. La grosera sobresimplificaión. La necesaria tolerancia del mal”. Quién mejor que un poeta para recordarnos lo obvio, la visión trágica (las cosas como son) de la política. Cedo la palabra a José Emilio Pacheco y sus <i>Moralidades legendarias. </i>No como un llamado a la resignación, sino más bien como una simple advertencia.</span></div>
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Alejandro Gaviriahttp://www.blogger.com/profile/08910006598161301475noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-21417826.post-31867161427815825062019-10-26T19:28:00.000-05:002019-10-29T16:44:19.904-05:00Sobre Chile<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Nací en Santiago. Crecí oyendo las canciones de Ángel Parra, Quilapayún e Inti-illimani. Mi papá había traído varios discos de Chile. Estudió una maestría en un centro de estadística en Santiago. Iba con frecuencia. Quería a Chile como a ningún otro país. Hizo muchos amigos que después se sumaron a la diaspora. </span></div>
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Recuerdo el llanto de mi papá el día que mataron a Allende. En los años que siguieron repasamos juntos una y mil veces un libro de fotografías sobre el golpe de estado, “Esto pasó en Chile". No he olvidado una imagen de diez hombres barbados, sentados en un camerino del estadio Nacional: "esperando para ser torturados", decía la descripción." Pinochet fue el diablo de mi niñez, la personificación de la maldad humana. </span></div>
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">He visitado a Santiago muchas veces. He hecho varios peregrinajes a la clínica del barrio Providencia donde nací. La última vez caminé por el centro. Encontré un libro amarillento firmado por Nicanor Parra. Visité la Universidad Católica. Hablé con la gente. Noté inmediatamente una brecha (un abismo casi) entre las impresiones del visitante (positivas) y las opiniones de los habitantes (negativas). </span></div>
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Negar el progreso chileno (entendido como una disminución del sufrimiento humano) sería necio. Pero la dictadura (como un suerte de pecado original) enturbió siempre esta historia en mi mente. Aplacó mi entusiasmo. He mantenido por años cierta reserva o ambigüedad con respecto al aparente progreso chileno. </span></div>
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Las causas del estallido reciente son muchas. Ya los científicos sociales se ocuparán de ellas. Muchos mencionan a la desigualdad. Pero esta es también la protesta de los nietos de la dictadura. La democracia chilena no ha podido sanear todas las heridas. Volví a oír a Ángel Parra durante estos días. Me produjo una especie de fiebre nostálgica. Si viviera en Chile, habría salido a protestar sobre todo contra la brutalidad del pasado, contra los crímenes de Pinocho (como le decía mi papá a ese general adusto y asesino).</span></div>
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Alejandro Gaviriahttp://www.blogger.com/profile/08910006598161301475noreply@blogger.com8tag:blogger.com,1999:blog-21417826.post-15002760358437052532019-10-14T09:50:00.000-05:002019-10-19T09:29:06.352-05:00No todos los días son iguales <br />
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><i>(ceremonia de grados Uniandes, 10/11 de octubre de 2019)</i></span></div>
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">No todos los días son iguales. Muchos pasan de largo sin dejar rastro. Van acumulándose en esa tumba sin nombre que es el olvido. La mayoría de nuestros días están perdidos para siempre. Es como si hubiéramos estado muertos. </span></div>
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Otros días, sin embargo, unos pocos, los recordamos eternamente. Quedan impresos en ese libro cambiante, caprichoso e impreciso que es la memoria humana. Esos pocos días (frágiles conexiones en el universo insondable que es nuestro cerebro), nos definen. Son parte de nosotros. Estamos, casi sobra decirlo, hechos de recuerdos. </span></div>
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Este día, puedo anticiparlo, lo recordarán por siempre. Los acompañará por el resto de sus vidas. Representa un importante rito de paso. Un principio y un final. </span></div>
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Mucho ha ocurrido, amigos graduandos, durante estos últimos años. Aprendieron varias cosas, unas imprescindibles, otras útiles simplemente. Hicieron algunos amigos para toda la vida. Conocieron algunos profesores que los inspiraron, que les cambiaron su forma de ver el mundo, que les mostraron una vocación que hoy parece un destino. </span></div>
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Durante estos años, tuvieron que lidiar con la presión y la ansiedad del fracaso, con ese mal simulacro de la vida que son los exámenes. Experimentaron, imagino, la epifanía indescriptible que ocurre cuando entendemos por primera vez algún asunto antes misterioso o desconocido. Y experimentaron también, puedo suponer, la perplejidad, las dudas o la simple frustración ante la complejidad del mundo. </span></div>
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Todos Uds., graduandos, superaron las exigencias (a veces razonables, a veces no tanto) de una de las mejores universidades del país, los rigores de la academia y las reglas de sus facultades. Vivieron intensamente. Rieron y lloraron. Cumplieron. Hoy celebramos todo eso. Hoy un día que recordarán por siempre. </span></div>
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Espero que en medio de todo, de las exigencias curriculares y las peripecias de la vida, hayan tenido algún momento para reflexionar sobre las grandes preguntas sin respuesta, sobre el mundo en que vivimos. La universidad, leí hace poco, es un refugio donde los jóvenes reflexionan sobre el mundo antes de que este se los devore. Sea lo que sea, quiero compartir algunas reflexiones sobre el presente, sobre el mundo actual con todo lo que tiene de maravilloso e inquietante. </span></div>
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Vivimos en una época contradictoria. Por un lado, está el avance de la humanidad. “El gran escape” lo llamó hace unos años un economista y premio Nobel. El escape del hambre, la ignorancia, la pobreza y la enfermedad. No nos gusta reconocerlo. Preferimos la queja al deslumbramiento, pero somos, todos quienes estamos aquí, al menos en términos estadísticos, la generación más afortunada en la historia de este planeta. Nadie ha vivido tanto. Ni viajado tanto. Ni probado tantos sabores. Ni visto tantas cosas. Nadie ha tenido tanta libertad ni tanto acceso al conocimiento. En sus bolsillos todos guardan un aparatico brillante, el Aleph de Borges, una ventana a todo el conocimiento humano. Por supuesto millones sufren todavía por el hambre, la enfermedad y la pobreza. Pero el negacionismo no resolverá ninguno de estos problemas. Por el contario. Puede agravarlos. </span></div>
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Somos unos privilegiados de la historia. Pero todo no termina aquí. El gran escape tiene un revés problemático, inquietante decía hace un momento. El gran escape, el progreso incesante de la humanidad, ha traído consigo la gran aceleración. El crecimiento exponencial de los gases efecto invernadero, la pérdida de biodiversidad, la acidificación de los océanos y por lo tanto de los eventos climáticos extremos, la gran catástrofe ambiental en ciernes. </span></div>
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Al mismo tiempo, para usar una frase de Michel de Montaigne, el creador de la modernidad, pareciera que estamos entrando a una de etapa de locura de la humanidad. Crecen los nacionalismos. Se cierran las fronteras. Se alimenta el odio. Se denigra de la razón. Y los mismos aparaticos que ofrecen una ventana al mundo, facilitan la acción de grandes maquinarias de la desinformación y la mentira. </span></div>
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Actualmente compartimos por redes sociales, de manera más o menos inadvertida, todos los detalles de nuestras vidas. Les entregamos a unas cuantas empresas información que dudaríamos en compartir con nuestros mejores amigos, incluso con nuestros hermanos. Esas empresas, a su vez, comparten la información privada con otras tantas interesadas en vendernos chucherías o alimentarnos con pasiones innecesarias y odios artificiales. Somos animales hackeables, escribió un comentarista lúcido en días recientes. Nuestro cerebro está siendo hackeado por charlatanes de todas las marcas y colores. Vivimos, en últimas, en un atolladero ético. </span></div>
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Esa es la época que estamos viviendo. Interesante. Privilegiada, si se quiere. Desafiante. Incluso peligrosa. Digo todo esto, señalo la superposición entre los grandes avances y las grandes amenazas, porque quiero, casi como una última lección, invitarlos a ser conscientes de su entorno, a entender el momento en que estamos viviendo, a valorar lo que tenemos y entender los riesgos, los problemas que definirán su futuro. </span></div>
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">No es un llamado al desánimo, menos una invitación al pesimismo. Quiero simplemente reiterar que la reflexión ética es ahora más importante que siempre. Dónde quieran que estén, adónde quieran que vayan, dónde sea que trabajen, en los ámbitos públicos y privados, no olviden este contexto: el gran escape de un pasado terrible (que celebramos) y la gran aceleración (hacia un futuro peligroso) que debemos enfrentar. </span></div>
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">No soy el orador principal de esta ceremonia. No quiero tomarme más tiempo del debido. No los voy a atiborrar con cifras. Tampoco voy a darles muchos consejos. No creo o dudo mejor de la eficacia de estas admoniciones. Dije recientemente que no me gusta predicar demasiado. Algo que no siempre cumplo. Todos tenemos nuestras contradicciones. </span></div>
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Comparé alguna vez mi posición en este instante con la de la azafata al inicio de un vuelo. Estamos ya sentados en el avión. Nos hemos abrochado el cinturón. La azafata deja sonar un video con sus recomendaciones. Pero no prestamos atención. No nos interesan las advertencias. Ya veremos qué hacer si algo grave pasa. Nadie puede enseñarnos a vivir por adelantado. En fin, así me siento en estos discursos, como la azafata resignada que conoce y entiende a su audiencia indiferente. </span></div>
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Voy a dar solo dos mensajes para terminar. No pretenden ser originales. Han sido repetidos una y mil veces. Pero vale la pena repetirlos otra vez. Los mensajes son para todos, incluidos los padres de familia y los educadores. Los mensajes tienen algo de autocrítica. O al menos algo de introspección. </span></div>
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Empiezo con una anécdota. En una reunión reciente de profesores, una profesora ya veterana, con la sabiduría de los años vividos, levantó la mano y puso de presente una obviedad: “queremos que los estudiantes, dijo, aprendan varias lenguas, estudien los clásicos, reciten la Constitución, entiendan los grandes dilemas éticos, sepan programación y conozcan a profundidad los asuntos más relevantes de su profesión. No contentos, les pedimos que hagan dobles programas”. </span></div>
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Esperamos demasiado, Uds. lo saben bien. Lo han vivido en carne propia. Quiero llamar la atención sobre las expectativas, sobre esa carga que nosotros les hemos puesto y que Uds. mismos se han autoimpuesto. Hago, en últimas, un llamado a la cordura intergeneracional. Una generación no puede imponerle a la siguiente todas sus ambiciones aplazadas. </span></div>
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Tenemos, creo, una responsabilidad primaria. Debemos darles más espacio. Dejar que se equivoquen. El mayor privilegio, la mayor libertad es no tener miedo a equivocarse. Uds. no tienen que hacerlo todo. No tiene que serlo todo. Todo al mismo tiempo como les han dicho. </span></div>
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Es casi un asunto de salud mental. La generación Z, Uds. graduandos lo saben bien, está estresada, con problemas de ansiedad, llena de pruebas, exámenes y evaluaciones. Creo que vale la pena, repito, que todos demos un paso atrás y reflexionemos sobre esta otra gran aceleración, la de las expectativas. </span></div>
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Decía Michel de Montaigne, a quien ya mencioné, el escéptico, quien decidió al final de su vida abstraerse un poco de las inclemencias del mundo, que las mejores vidas son aquellas vividas sin milagros ni extravagancias, con plena conciencia de nuestros límites. </span></div>
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Los poetas lo saben. Nos enseñan a protestar contra el paso del tiempo, la opresión de las expectativas y los excesos del superyo, de nuestra conciencia. Quiero compartir con todos una de esas protestas escrita por el poeta Elkin Restrepo, a quien cuento entre mis amigos: </span></div>
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><i>No es una tarea nada fácil</i></span></div>
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><i><br /></i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><i>ésta de tomarse día a día uno y darse forma</i></span></div>
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><i><br /></i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><i>y ordenar un sentido a todo</i></span></div>
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><i><br /></i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><i>y parecer natural y también convincente</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><i><br /></i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><i>y alzarse levantar el vuelo</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><i><br /></i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><i>hacia otra región más alta</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><i><br /></i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><i>como si fuera poco como si fuera nada</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><i><br /></i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><i>cargar con quien aquí muy dentro</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><i><br /></i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><i>y con las mismas fuerzas las mismas palabras</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><i><br /></i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><i>argumenta contradice echa a pique</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><i><br /></i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><i>una a una verdades sueños</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><i><br /></i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><i>que uno levanta día a día luchando</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><i><br /></i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><i>aferrándose hasta sangrar</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><i><br /></i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><i>a fin de cumplir con algo en la vida</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><i><br /></i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><i>a fin de alcanzar</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><i><br /></i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><i>lo que nunca en verdad se te ha pedido.</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">No es una tarea fácil darse forma, ordenarlo todo y cumplir incluso más allá de lo que nos han pedido. Deberíamos, insisto, revisar las extravagantes expectativas.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Ya voy a terminar. He hablado más de la cuenta. Mi último mensaje es simple, casi obvio: sean amables, generosos, “queridos” decían en la Medellín de mi niñez ya perdida en el río del tiempo. Aldous Huxley, uno de los grandes pensadores del siglo XX, que nos ilumina con su clarividencia, lo dijo de la mejor manera: “Es casi penoso, afirmó, haber estado imbuido en las ciencias y en los problemas humanos todo una vida y descubrir que uno tiene un solo consejo para ofrecer: traten de ser un poco más amables”. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Con el tiempo, con los años y las lecturas superpuestas, la necesidad ética de la compasión resulta cada vez más evidente. Graduandos, hoy, este día, traten de ser más amables y amorosos con sus padres y familiares. Tómenlos de la mano. Expresen lo que sienten de esa forma extraña como lo hacemos los humanos. Juntando nuestros cachetes, haciendo un círculo con nuestros labios y deshaciendo la mueca con un ruido seco, elocuente, más elocuente que las palabras. Los besos lo dicen casi todo. No vale la pena ahorrarlos. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Les deseo mucha suerte. Abracen a sus padres y hermanos. Tómense muchas fotos. Celebren este día que recordarán por siempre. Felicitaciones a todos de todo corazón. Muchas gracias. </span></div>
Alejandro Gaviriahttp://www.blogger.com/profile/08910006598161301475noreply@blogger.com8tag:blogger.com,1999:blog-21417826.post-46666340445030543512019-09-27T11:25:00.000-05:002019-09-27T23:22:27.195-05:00En memoria de Guillermo Perry, el amigo y el maestro <div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi1uOqeCNhWC3ix4tUS3pPfA8vItHB3RwGWOsP3uYR9SeS9xyyv6AdWm7v5KWO3Yif86GQSJakYTE_xiKrP1C67brnyX7AFnKVvKKOlAksPUf8ab5f-OXun9N-VZm0uBwkX588Qnw/s1600/guillermo_perry_rubio-1.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="705" data-original-width="1260" height="223" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi1uOqeCNhWC3ix4tUS3pPfA8vItHB3RwGWOsP3uYR9SeS9xyyv6AdWm7v5KWO3Yif86GQSJakYTE_xiKrP1C67brnyX7AFnKVvKKOlAksPUf8ab5f-OXun9N-VZm0uBwkX588Qnw/s400/guillermo_perry_rubio-1.jpg" width="400" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">(como un homanaje a la memoria de Guillermo Perry publico este prólogo a su último libro, <i>Decidí Contarlo</i>) </span></span></div>
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<br /></div>
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">Mientras leía el manuscrito de este libro inusual (una mezcla de testimonio, análisis e historia económica), por esas conexiones extrañas de la memoria, recordé un fragmento de la extraordinaria novela de Philip Roth, American Pastoral. <br /><br />El narrador de la novela, el escritor Nathan Zuckerman acude a una cita existencial, a la celebración del aniversario número 45 de su graduación del colegio. El escenario es previsible. Una gran sala en un hotel decadente. La música nostálgica, convertida en un ruidoso lugar común. El paso de los años en los rostros y los cuerpos, desigual pero ineluctable. Las expectativas frustradas (en algunos casos) y superadas (en otros). En fin, la vida. <br /><br />Zuckerman permanece solo unas pocas horas en la reunión. Atormentado por los recuerdos, abandona el lugar sin despedirse y se encierra en un cuarto de hotel a escribir el discurso que quiso haber pronunciado ese día: un recuento de los cambios, las transformaciones y las catástrofes vividas por su generación, un resumen de las rupturas sociales que, de una u otra manera, afectaron a todos sus compañeros, sin excepción, en muchos casos de manera trágica. “¿No es asombroso? Haber vivido en este país, en nuestro tiempo y como quienes somos. Asombroso”, escribe Zuckerman al final de su discurso ficticio. <br /><br />Este libro cuenta una historia asombrosa, la historia de la transformación económica, social e institucional de Colombia durante los últimos 50 años, de 1968 a 2018. Por un lado, están los esfuerzos deliberados por construir unas instituciones o reglas de juego más sólidas, por consolidar un Estado moderno y avanzar en los ideales de la justicia y la igualdad; por el otro, están las fuerzas contrarias del clientelismo, la corrupción, el conflicto armado y sobre todo el narcotráfico. Guillermo Perry fue protagonista de los esfuerzos de modernización y construcción institucional en un país convulsionado, asediado por la guerra, el narcotráfico y la mala política. <br /><br />Fueron años de grandes turbulencias y grandes desafíos. Años paradójicos, de avances institucionales en medio de la guerra, de crecimiento del Estado en medio de las dificultades por consolidar una estructura tributaria racional; años de bonanzas y destorcidas, de grandes avances en la cobertura de servicios públicos y esfuerzos incompletos en la descentralización y en la inserción de la economía colombiana en los mercados globales. Con todo, el progreso de Colombia durante los últimos cincuenta años ha sido notable. <br /><br />Voy a dar un ejemplo, uno solo, de un sector que conozco desde adentro: la salud. Hace 50 años, las mujeres tenían una esperanza de vida inferior a los 60 años y tenían siete hijos en promedio. En un país de 20 millones de habitantes, morían 1.600 mujeres por causas asociadas con el embarazo. Solo 40% usaba métodos anticonceptivos, la mayoría de poca eficacia. Actualmente, las mujeres colombianas gozan de una esperanza de vida de 81 años y tienen dos hijos en promedio. En un país de 47 millones de habitantes, mueren 320 mujeres por causas asociadas al embarazo. Más de 85% usa métodos anticonceptivos. Los derechos sexuales y reproductivos se han expandido sustancialmente, incluyen, por ejemplo, el derecho a la interrupción voluntaria del embarazo. Asombroso. <br /><br />Guillermo Perry cuenta esta historia en orden cronológico, presidente por presidente, en un tono anecdótico, jocoso algunas veces, tragicómico otras. La narración está organizada en forma de conversación con Isa López Giraldo, en una suerte de contrapunteo que le da vivacidad y estructura a la narración. Los aspectos técnicos están mezclados con las anécdotas. La economía política, con la teoría económica. Y los chismes con los momentos de reflexión, con los grandes dilemas éticos que definen muchas veces una carrera pública. <br /><br />El libro podría dividirse en dos partes, la primera, que va de 1968 a 1996, es una historia contada desde adentro, desde las entrañas, por un protagonista y testigo excepcional: director de impuestos, ministro en dos ocasiones, constituyente, asesor, etc. Esta primera parte es en buena medida un ejercicio memorístico, las memorias de un técnico que, de manera ambivalente, con dudas al comienzo y con convicción después, ingresa al mundo de la política. <br /><br />La segunda parte, que va desde 1996 a 2018, es más analítica, es una historia ya no contada desde adentro, sino desde afuera, con la distancia escéptica que dan los años y el desapego al poder. En las dos partes hay anécdotas y reflexiones, pero la perspectiva es diferente. Los recuerdos cuentan más en la primera. Los análisis más en la segunda. En la segunda parte, por ejemplo, Guillermo Perry hace una larga disquisición sobre los problemas de violencia y corrupción que afectan a Colombia. <br /><br />La primera y la segunda parte están divididas por una decisión trascendental, un dilema trágico (la lealtad y la moralidad no siempre son compatibles) que definió la trayectoria profesional del autor: su renuncia al gobierno de Ernesto Samper una vez se hizo público que la campaña había sido financiada en parte con dineros del narcotráfico. Como en la novela de Roth, las vidas humanas no pueden separarse de los grandes cataclismos o problemas de la sociedad.</span></span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;"><br /></span></span>
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;"></span></span><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">**** </span></span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">Quisiera resaltar tres historias que recorren el libro, que aparecen una y otra vez aquí y allá. Las menciono, primero, de manera escueta para después hacer unos comentarios generales sobre cada una: la importancia de la tecnocracia, el optimismo sobre el mundo de las ideas y el papel del narcotráfico en la historia reciente de Colombia. <br /><br /><b>La tecnocracia </b><br /><br />El libro comienza en el gobierno de Carlos Lleras Restrepo, un gobierno caracterizado, entre otras cosas, por la consolidación de la tecnocracia colombiana. En las primeras páginas del libro, hay una anécdota interesante, en la cual el entonces presidente Carlos Lleras Restrepo se queja de la jerga ininteligible de los técnicos. Pero más allá de los problemas de forma, los técnicos (economistas en su mayoría) son respetados, tenidos en cuenta por la mayoría de los presidentes. <br /><br />Guillermo Perry presenta una visión favorable, positiva de la tecnocracia: la tecnocracia es vista como un contrapeso al poder, como un equilibrio necesario a las fuerzas cortoplacistas y clientelistas de la política. Por supuesto, en algunas ocasiones, narradas con precisión en el libro, los técnicos son meros instrumentos de los políticos, se tornan en expertos en justificar cualquier cosa y componer argumentos por encargo. Pero en la mayoría de los casos, son un contrapeso necesario y fundamental. <br /><br />En el libro, los técnicos van y vienen, entran y salen. Los nombres se repiten. La mayoría parece tener un interés genuino por el bienestar general, por incorporar la teoría y la evidencia en la toma de decisiones. Puede haber sesgos. Arrogancia o falta de autocrítica. Pero hay también independencia intelectual y coraje para enfrentar las presiones de políticos y grupos de interés. <br /><br />Uno podría, en todo caso, leyendo entre líneas, uniendo las historias, intuir dos críticas a la tecnocracia colombiana. Primero, su falta de diversidad. Hay muy pocas mujeres. Casi todos sus miembros son economistas provenientes de unas cuantas universidades privadas. Ideológicamente hay poca diversidad. Las discusiones entre tecnócratas no ocurren entre los pertenecientes a una doctrina y otra. Dependen más bien de quien está o no está en el gobierno en un momento dado. <br /><br />Segundo, los tecnócratas hemos tolerado (al menos en ocasiones) el clientelismo en aras de la gobernabilidad, el equilibrio macroeconómico, la supervivencia, lo que sea. Al respecto tiene razón, creo, el economista inglés James Robinson al afirmar que un arreglo pragmático ha caracterizado el ejercicio del poder en Colombia: los partidos políticos tradicionales han permitido o tolerado un manejo tecnocrático de la macroeconomía a cambio de una fracción del presupuesto y la burocracia estatal, a cambio de auxilios parlamentarios, partidas regionales y puestos. Ese arreglo, cabe señalarlo, está llegando a su fin. </span></span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;"><b><br /></b></span></span>
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;"><b>Las ideas </b></span></span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;"><br /></span></span>
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">El libro trae a cuento las muchas misiones técnicas que vinieron a Colombia a asesorar los distintos gobiernos. La lista es larga: la misión Currie, la misión Musgrave, la misión Chenery, la misión Bird-Wiesner, etc. La mayoría de estas misiones contaron con la participación activa de técnicos nacionales. En conjunto, uno percibe un intento sistemático, continuado, casi institucionalizado, por incorporar el conocimiento global en el diseño de políticas públicas. Sobresalen los esfuerzos de planeación y análisis. Se percibe una cultura de seriedad que contrasta con las visiones más cínicas de la política. <br /><br />La economía política no está ausente: hay presiones de empresarios y grupos económicos, extravíos clientelistas y acuerdos pragmáticos. Pero la impresión que me quedó después de leer el libro es que la economía política es menos importante de lo que se dice usualmente, de lo que señalan algunas escuelas recientes. En el libro, las instituciones y las políticas públicas son con frecuencia el resultado de esfuerzos genuinos de incorporar las recomendaciones de la teoría económica. La visión más realista de las instituciones concebidas como equilibrios en un juego entre grupos de poder también está presente, pero es, en general, menos relevante, no parece tener tanta fuerza o pertinencia empírica. <br /><br />Alguien podría afirmar que esta visión más optimista, más enaltecedora, esta visión que resalta la importancia de las ideas y de los esfuerzos por llevarlas la práctica es autocelebratoria, una suerte de fabula tecnocrática. Pero no lo creo así. Las ideas importan. La economía normativa importa. Las misiones dejaron un legado relevante. Los aspectos económicos de la Constitución de 1991, por ejemplo, fueron resultado más de un consenso ideológico que de una puja entre grupos de interés. </span></span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;"><b><br /></b></span></span>
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;"><b>El narcotráfico </b></span></span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;"><br /></span></span>
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">El libro vuelve y cuenta una historia conocida, la historia del narcotráfico. Allí están los asesinatos de Galán, Pizarro, Jaramillo, Hoyos, Lara Bonilla y Low Murtra, la infiltración de los partidos tradicionales, el escalamiento de la violencia y el conflicto, los esfuerzos institucionales por enfrentar una amenaza formidable, los cambios culturales y sus consecuencias. “En mi opinión –dice el autor–, el auge del narcotráfico contribuyó a crear un clima de tolerancia y predisposición a la corrupción entre muchos empresarios y ciudadanos porque promovió una cultura de enriquecimiento rápido y del “todo vale”, como acertadamente la caracterizó Antanas Mockus”. <br /><br />El tráfico de drogas, escribió hace unos años la historiadora Mary Roldan, “rompió la tradición, transformó las costumbres sociales, reestructuró la moral, el pensamiento y las expectativas”. Esas transformaciones aparecen una y otra vez en el libro, en las historias, memorias y opiniones del autor. La historia reciente de Colombia se vislumbra, en estas páginas, como un esfuerzo de modernización genuino en el que participaron muchas personas valiosas, pero que, sobre todo, tuvo que enfrentar esa dinámica de refuerzo mutuo entre narcotráfico, conflicto y descomposición. <br /><br />Lo que resulta asombroso, para volver de nuevo a Roth, es que las instituciones de Colombia hayan no solo sobrevivido sino también prevalecido en muchos casos. Este libro, un testimonio excepcional, ayuda a entender por qué, a explicar la magnitud del desafío y a apreciar los esfuerzos de muchos colombianos por enfrentarlo. </span></span></div>
Alejandro Gaviriahttp://www.blogger.com/profile/08910006598161301475noreply@blogger.com9tag:blogger.com,1999:blog-21417826.post-15508305929583030702019-09-24T18:31:00.001-05:002019-09-24T21:07:37.284-05:00Un buen debate <div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhgqd-DjtBptxFUrs37CUYaAfck_sO-hhPrUBwszfjoGiU3Vtdi1CEfRGq5T07bTsUwL7TS1LeC5ixP0y_OazIxfcE8gYJ_HxxixCQ8v4EnCPU_JnicDQXcB6rrSzLMpIYJrbZB4Q/s1600/5d897174d8b65.jpeg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="534" data-original-width="950" height="223" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhgqd-DjtBptxFUrs37CUYaAfck_sO-hhPrUBwszfjoGiU3Vtdi1CEfRGq5T07bTsUwL7TS1LeC5ixP0y_OazIxfcE8gYJ_HxxixCQ8v4EnCPU_JnicDQXcB6rrSzLMpIYJrbZB4Q/s400/5d897174d8b65.jpeg" width="400" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Tuve la oportunidad esta semana de presentar un foro de candidatos a la alcaldía de Bogotá. Resulta fácil criticar a los políticos. Yo quisiera hacer algo distinto, encomiarlos. Fue un foro respetuoso, ilustrativo y entretenido. Por supuesto hubo lugares comunes y promesas espurias (inevitables). Pero salí tranquilo, con la certeza de que, en Bogotá, la política tiene un lado positivo: el voto de opinión ha sido dominante y los candidatos han respondido al desafío. Estas fueron mis palabras de introducción. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Gracias a los candidatos. Ya son varios debates. No sé cuántos, pero muchos y puedo entender que estos escenarios son fatigosos. Los admiro por su paciencia democrática. La paciencia es sin duda una virtud fundamental en todo líder político.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">No quiero hablar más de la cuenta. Como contexto, sin embargo, voy a mencionar de manera telegráfica cinco ideas generales que pueden ser útiles.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br />Primera, cabe reiterar nuestro compromiso, como comunidad universitaria, con la tolerancia, el respeto y la pluralidad. Aquí caben todas las ideas sin distingo. Como dije hace unos días, nos gusta inculcar el hábito del escepticismo, la conciencia crítica y las virtudes republicanas del debate razonado y el respeto mutuo.</span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Segunda, la democracia no es solo un conjunto de instituciones o una competencia electoral. También es una cultura, un hábito, una predisposición de la mente que se define por “la apertura intelectual, la alegre autoironía, la presteza para apreciar un argumento nuevo y quizás también para abrazarlo”.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Tercera, quiero recordar la importancia de esta elección para nuestro país, que tiene que ver por supuesto con la importancia de Bogotá que va más allá de su peso económico o demográfico. Bogotá tiene una influencia simbólica, es la ciudad de las oportunidades en Colombia y por lo tanto también el lugar donde confluyen muchas esperanzas y muchos problemas.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Sabemos que las campañas tienden a la simplificación. No es una crítica. Es la naturaleza de la política. Ya en el ejercicio del gobierno, la búsqueda de soluciones requiere imaginación y conocimiento práctico. El próximo alcalde podrá contar con la Universidad de los Andes para el diseño de políticas eficaces.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br />Por último, la academia es un buen lugar para enfatizar la importancia, para el cambio social, de la voluntad, el método y la disciplina fáctica. Las tres se necesitan. Las ideas deben convertirse en proyectos. Las visiones en planes coherentes y sostenibles.</span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Muchas gracias de nuevo. Es un privilegio tenerlos aquí. Creemos en la democracia deliberativa. Nos gusta imaginarnos la universidad como un foro abierto. Bienvenidos siempre. </span></div>
Alejandro Gaviriahttp://www.blogger.com/profile/08910006598161301475noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-21417826.post-72367693446469492552019-08-29T12:29:00.000-05:002019-08-31T15:27:46.988-05:00Chao papi<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjU58EDuRN6QJPMxA4AseWUgdTvCfxOAFziETxVbNLqNJr-w91MOak5TIy3Ex5S54XHWCZDRFLS8oF4FsucRqTWIIZrUs-Y2UuHiRCcHauum8F0jWf_pyFp4G4hmvbu-wsgyb_JeQ/s1600/juan_f_gaviria.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="656" data-original-width="984" height="266" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjU58EDuRN6QJPMxA4AseWUgdTvCfxOAFziETxVbNLqNJr-w91MOak5TIy3Ex5S54XHWCZDRFLS8oF4FsucRqTWIIZrUs-Y2UuHiRCcHauum8F0jWf_pyFp4G4hmvbu-wsgyb_JeQ/s400/juan_f_gaviria.jpg" width="400" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">(semblanza leída en el funeral)</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">No fue, seamos sinceros, un hombre de grandes hazañas juveniles. Tapó un penalti alguna vez, volando de esquina a esquina, cuando el partido iba 9 a 0 en contra de su equipo. Contaba otra historia, ya perdida en el tiempo, sobre un domingo de paseo en el río Medellín. Con algo de suerte, pescó ese día lejano una sabaleta descomunal que fue la envidia de los muchos pescadores que pacientes remojaban lombrices brillantes en las orillas del Porce. Uno de ellos incluso lo insultó, maldijo la buena fortuna del inhábil pescador. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Conquistó a mi mamá, la luz de sus ojos, en una cabalgata en la Estrella. No estuve presente, por razones obvias, pero puedo suponer que esa conquista poco tuvo que ver con sus destrezas de jinete. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Mi papá, papi lo llamé siempre, con un amor casi reverencial, no fue un hombre de aventuras, ni audacias deportivas ni grandes jornadas a caballo. “El campo, ese terrible lugar donde las gallinas andan sueltas”, repetía con insistencia, citando a un humorista inglés que ya no quiero recordar. Fue un hombre de ciudad, un gozetas decíamos nosotros. Con una vitalidad instintiva, espontanea, irrefrenable. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Tenía una inteligencia práctica fulgurante, un sentido común que desarmaba a todo el mundo. En un instante, vislumbraba la esencia de las cosas. Nunca tuvo mucha paciencia con la carreta de la burocracia o la academia. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Yo le tenía un poco de miedo. Hace 20 años, ya al final de mi doctorado, traté de explicarle en detalle uno de los artículos de mi tesis. Después de quince minutos me dijo, “vos tenes que escribir un artículo para decir eso, güevón”. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Era una de sus palabras favoritas. Cuando tenía yo la edad de Tommy, el profesor de geografía de primero bachillerato citó a varios estudiantes con sus padres al colegio a una hora y día impertinentes, un sábado a los 8 de la mañana. Ese día, el profesor se quejó largamente de nuestra falta de interés en las capitales del mundo. Mi papá escuchó con atención. “Está bien –dijo después de un rato-- pero la próxima vez castígalos a ellos, no me castigues a mí güevón”. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">No toleraba la injusticia. Recordé hace poco una anécdota reveladora. En cuarto bachillerato, una compañera de clase destrozó un ventanal con una tapa de pupitre en protesta contra la expulsión injusta de uno de nuestros amigos. Fue un estruendo de consecuencias, un gran escándalo, acompañado de la amenaza de una expulsión masiva.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Escribí (siempre he sido un voluntario para estas cosas) una versión del suceso escolar. La leí en frente de la clase. Redimía al amigo expulsado, a quien le entregué, ese mismo día, el manuscrito como una muestra de solidaridad. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Los directivos del colegio citaron a los padres. Llegaron cumplidos, recuerdo. Ocuparon una mesa en un salón contiguo a la rectoría. Los estudiantes, todos de pie, formábamos un cuadrilátero alrededor de la mesa. El rector hizo un recuento de los hechos: el ventanal destrozado, el desprecio por la autoridad, las risas desafiantes y la altanería adolescente. El papá del compañero expulsado pidió la palabra. Leyó mi defensa de su hijo. Hacia unas pausas largas, enfáticas. Terminó la lectura con un gesto de alivio.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">A la salida de la reunión me preguntó mi papá, “¿quién escribió el relato?”. “Yo”, respondí resignado. “Excelente”, me dijo con una risa cómplice. Así lo tengo en la memoria. Se trata, digamos, de una herencia familiar: la intolerancia ante la injusticia, la idea simple pero fundamental de que hay algunas cosas que no podemos aceptar.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Hace unos meses acusaron a un profesor de mi hijo Tomás de acoso sexual. Había sentado inocentemente a una niña en sus piernas. Iba a ser expulsado. “No hizo nada, es muy buena persona, qué injusticia, cómo hacen eso, además es gay”, dijo Tommy con los ojos aguados. Oyéndolo pensé inmediatamente, "la herencia está a salvo". El nieto tampoco sabe tolerar la injusticia. Papi: seguiremos rebelándonos un poco en contra de lo que no está bien en este mundo. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Hace poco lo descubrí un domingo en la mañana, leyendo furtivamente, casi al escondido, uno de sus columnistas más odiados. “¿Para qué estas leyendo ese tipo?”, pregunté. “Para aumentar la rabiecita”, me contestó sin pensar. Siempre fue así, trató de conservar la rebeldía, el rechazo a la injusticia y la sinrazón. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Pero su inteligencia, su sentido del humor y de la justicia no lo definieron plenamente. A mi papá lo definió el amor. Su historia fue una historia de amor. El amor a mi mamá (el más grande del mundo, un ejemplo para todos). El amor a sus hijos. El amor a sus nietos. El amor a sus hermanas. El amor a sus amigos. El amor a sus compañeros de trabajo. El amor a todos, incluido el amor a la vida, a esta cosa rara que es la vida en el tercer planeta del sol. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">A todos nos enseñó a vivir. “Qué vaina”, me dijo antier, despidiéndose. Sí papi, qué vaina. Aquí quedamos nosotros (todos, todos) deshechos, en pedazos, tratando, a tientas, de imaginarnos una vida sin tu amor, sin tu apoyo, sin tu presencia. Contigo se fue una parte de nuestras vidas. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Chao papi. Gracias por todo tu amor. Te amamos.</span></div>
</div>
Alejandro Gaviriahttp://www.blogger.com/profile/08910006598161301475noreply@blogger.com27tag:blogger.com,1999:blog-21417826.post-15232977523985911772019-08-09T19:40:00.001-05:002019-08-30T13:59:53.099-05:00Del último libro de Charles Simic<br />
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 18.0pt; line-height: 107%;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjThKQoGBbCRuMgHmrFBjSjO7L7QGBNAQh3tJXJoZE9vPtT4El3bGikR6tjZajyFnx0ZtdKGZELHtuUHat5neGaFDES1FgxUy4h77puxtCfWfXcLM4ss0wJdgw8A5ee-G_JD71HFw/s1600/5sep_cultura1%252Cph01_1536086586.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="492" data-original-width="800" height="245" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjThKQoGBbCRuMgHmrFBjSjO7L7QGBNAQh3tJXJoZE9vPtT4El3bGikR6tjZajyFnx0ZtdKGZELHtuUHat5neGaFDES1FgxUy4h77puxtCfWfXcLM4ss0wJdgw8A5ee-G_JD71HFw/s400/5sep_cultura1%252Cph01_1536086586.jpg" width="400" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 18.0pt; line-height: 107%;"><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 18.0pt; line-height: 107%;"><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<span style="font-size: small; line-height: 107%;"><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><b>Un quiz
tarde en la noche </b><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<span style="font-size: small;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<span style="font-size: small; line-height: 107%;"><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">¿Le tiene
Charles Simic miedo a la muerte?<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<span style="font-size: small; line-height: 107%;"><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Sí, Charles
Simic le teme a la muerte. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<span style="font-size: small; line-height: 107%;"><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">¿Le reza al Señor
de arriba? <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<span style="font-size: small; line-height: 107%;"><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">No, él gasta
el tiempo con su esposa. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<span style="font-size: small;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<span style="font-size: small; line-height: 107%;"><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Su
conciencia, ¿lo atormenta a menudo? <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<span style="font-size: small; line-height: 107%;"><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Viene a charlar
de vez en cuando. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<span style="font-size: small; line-height: 107%;"><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">¿Está
preparado para reunirse con su creador?<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<span style="font-size: small; line-height: 107%;"><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Tanto como
una ardilla que cruza la carretera. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<span style="font-size: small;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<span style="font-size: small; line-height: 107%;"><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Como una
lata de cerveza pateada <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<span style="font-size: small; line-height: 107%;"><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Por algún joven
que vuela de la traba como una cometa <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<span style="font-size: small; line-height: 107%;"><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Y sale de una
esquina oscura y entra a otra <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<span style="font-size: 18.0pt; line-height: 107%;"><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">El da tumbos
y resbala en el entretanto. </span><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 18.0pt; line-height: 107%;"><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgeAdx2yOx0IZVZkJhXnl0xASIfCvemzhXINajWfBD-tg2OtzBvxSEYJooG4AoQ4-mjd8C0iEk4v8d_6bCxnj7wQUGGvTvDk9PjRI7q07JDQGsCE-iduO34Px6W289Au7vvBVM7Jw/s1600/51HnIRczryL.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="500" data-original-width="331" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgeAdx2yOx0IZVZkJhXnl0xASIfCvemzhXINajWfBD-tg2OtzBvxSEYJooG4AoQ4-mjd8C0iEk4v8d_6bCxnj7wQUGGvTvDk9PjRI7q07JDQGsCE-iduO34Px6W289Au7vvBVM7Jw/s320/51HnIRczryL.jpg" width="211" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 18.0pt; line-height: 107%;"><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></span></div>
<br />Alejandro Gaviriahttp://www.blogger.com/profile/08910006598161301475noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-21417826.post-13558946934480496532019-07-26T19:43:00.000-05:002019-07-26T19:46:38.387-05:00Discurso posesión Uniandes<!--[if gte mso 9]><xml>
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</xml><![endif]--><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">Voy a comenzar por el principio. Con una historia personal, ya perdida en el tiempo, en el laberinto de los días. Probablemente no sea completamente fidedigna, pero así la he querido recordar. Casi todos construimos narrativas convenientes, historias patrias de nosotros mismos. Somos más narradores que protagonistas de nuestras vidas. Fabulistas por necesidad. Esta es, entonces, mi historia. </span></span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"></span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">Hacía dos años había terminado mi carrera de ingeniería civil en la ciudad de Medellín. Mi primer contacto con el mundo laboral había sido frustrante. Desesperanzador. Pasaba los días sentado en frente de una pantalla de computador: las letras verdes brillaban intermitentes, sin descanso sobre un fondo gris. No tenía mucho qué hacer. Ocupaba la mayoría de mi tiempo en resolver pasatiempos aritméticos inventados. En fin, un Sísifo de oficina. </span></span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"></span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">Mi falta de oficio tenía una explicación mundana. Había escrito, durante mis primeras semanas de trabajo, un breve programa de computador que realizaba automáticamente la mayoría de mis labores de ingeniero primíparo. Sin proponérmelo programé mi propia obsolescencia: una maniobra autodestructiva en la que parece estar empeñada por estos tiempos una fracción de la humanidad. Pero ese es otro cuento. </span></span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"></span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">Desesperado, sin muchas opciones laborales, imaginando una existencia kafkiana, un destino oficinesco, decidí buscar trabajo en Bogotá. Tuve una primera entrevista en una importante firma constructora. Me fue mal en la peor de las formas posibles: me ofrecieron el trabajo, una ocupación rutinaria, reiterativa en el aburrimiento. Tuve, entonces, un momento de rebeldía, una intuición que me cambió la vida. </span></span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"></span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">Ese mismo día tomé un taxi hacia la Universidad de los Andes. No la conocía. Había oído rumores vagos sobre su prestigio. Recorrí el campus pensativo, en medio de uno de esos arrebatos existenciales que me han aquejado desde niño. Tenía la idea imprecisa de estudiar una maestría en finanzas o administración. Una cosa de esas. Me decidí por economía por una razón fortuita, azarosa: fue la primera facultad que encontré en mi deambular aleatorio por este campus. Entre el azar y la necesidad, el primero siempre me ha parecido más importante. “La vida se encarga después de esclerotizar las cosas”, decía mi maestro Antonio Tabucchi. </span></span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"></span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">Me inscribí en la maestría de economía a finales de 1989. Esta universidad me cambió la vida. Pasaron 15 años entre ese primer momento fortuito (mi paseo aleatorio por el campus) y mi nombramiento como decano. Y 30 años entre ese día y esta tarde en la que, ante Uds., agradecido, sorprendido todavía, intento expresar la extrañeza, la improbabilidad de todo esto. </span></span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"></span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">La vida está llena de accidentes tumultuosos, de destinitos fatales o propicios. Cuando pienso en toda la suerte que he tenido, en los accidentes sucesivos que me han traído hasta esta ceremonia, me asalta siempre la misma idea: la necesidad existencial de la gratitud. Esta tarde quisiera inicialmente expresar mi agradecimiento afectuoso con algunos de mis profesores y colegas uniandinos, con Manuel Ramírez que en paz descanse, Juan Carlos Echeverry, Samuel Jaramillo, Fabio Sánchez, Ana María Ibañez, Raquel Bernal, Juan Camilo Cárdenas, Elvira María Restrepo, Tatiana Andia, Carlos Angulo, Pepe Toro y Pablo Navas, entre muchos otros. </span></span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"></span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">+++++</span></span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"></span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">Asumo la rectoría en un momento paradójico. No podemos negar el avance silencioso y persistente de la humanidad: la disminución de la pobreza, el hambre, las guerras y las muertes por enfermedades transmisibles. En los últimos 30 años, por ejemplo, el progreso material de Colombia ha sido notable. Parcial, incompleto, desigual e insuficiente, pero notable de todos modos. </span></span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"></span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">He dedicado una parte de mi vida académica a escudriñar el cambio social, a intentar, en la medida de lo posible, una descripción veraz de la cambiante realidad social de nuestro país. Sigo creyendo que uno de los objetivos de la academia es combatir las versiones simplistas y estridentes del cambio social que promueven, por terquedad u oportunismo, políticos y comunicadores. He defendido la necesidad de visibilizar el cambio social. Lo seguiré haciendo. </span></span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"></span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">Pero no todo está bien con el mundo. Son muchas las amenazas y los problemas. Vivimos un momento de definiciones, una época peligrosa. Las señales de declive son muchas: el aumento de la desigualdad, el crecimiento del populismo autoritario, el despertar del nacionalismo fascista, la pérdida de confianza en las instituciones y el cambio climático que se cierne, en este comienzo de siglo, como un desafío existencial para la humanidad. Pareciera, como dijo alguien, que vamos rumbo al abismo y seguimos apretando el acelerador con la esperanza cobarde de que, por una suerte de milagro irónico, se acabe la gasolina antes de llegar al precipicio. </span></span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"></span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">Ante las tendencias autodestructivas, la universidad no puede permanecer indiferente, no puede encerrarse en sus prerrogativas, no puede refugiarse en una concepción aséptica del conocimiento, no puede aislarse de los grandes debates de la sociedad. Por el contrario, la universidad debe ser activista, democráticamente activista, a veces, incluso, desafiantemente activista. </span></span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"></span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">La universidad debe ir más allá de la indignación que reniega de todo por principio y el cinismo que niega la posibilidad de cualquier cambio por indiferencia o conveniencia. La universidad debe ser un ejemplo, un paradigma si se quiere, de la construcción legítima de respuestas (siempre parciales) a nuestros problemas más urgentes. </span></span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"></span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">La universidad debe combatir las mentiras convenientes, las ideologías engañosas y los discursos de odio. El ensimismamiento no es una alternativa. No ahora cuando buena parte de los líderes globales insisten en despreciar el conocimiento, atacar a los expertos y negar los hechos del mundo. Al anti-intelectualismo ramplón, la universidad debe contraponer la importancia de las ideas y la creación, no solo como meros instrumentos, sino como uno de los fines más loables de la humanidad. </span></span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"></span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">La universidad debe ser el lugar donde se debaten las verdades incómodas. “Toda la dignidad de la Universidad reside en su capacidad de decir verdades duras pero lúcidas”, escribió uno de nuestros fundadores, Francisco Pizano de Brigard hace 50 años. Quiero mencionar algunas de esas verdades: la creciente institucionalización de la demagogia, las insalvables tensiones entre progreso material y sostenibilidad, las trampas de la meritocracia, las falsas promesas de la medicina moderna, la explotación política de la corrupción y del bienestar de los niños, la insuficiencia de las instituciones globales para enfrentar los grandes problemas de acción colectiva, etc. </span></span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"></span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">Las verdades incómodas no solo conciernen al mundo exterior. Atañen también al mundo universitario. Por coherencia, al menos, la crítica social no puede prescindir de la autocrítica. Existen otras tantas verdades incómodas sobre la universidad moderna: su papel en la perpetuación de ciertos privilegios, la falta de curiosidad por el mundo, la excesiva especialización, la obsesión con los rankings y la transformación de la investigación en una actividad industrial (“aquí nadie lee porque todo el mundo está muy ocupado en escribir artículos que nadie lee”, decía uno de mis colegas economistas en un momento de candidez). </span></span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"></span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">En suma, mi punto es uno solo: la universidad debe ser el ámbito propicio en el cual la sociedad (y la misma comunidad universitaria) se mire y se reconozca en el espejo de sus propias faltas. </span></span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"></span><br />
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">+++++</span></span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"></span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">No quiero atiborrarlos con mis planes como rector. Ya habrá tiempo para ello. Quiero, eso sí, plantear unas ideas panorámicas sobre el futuro de nuestra universidad. Mi visión de la Universidad de los Andes es simple. Contiene algunas tensiones evidentes. Esconde ciertas contradicciones. Pero puede darnos, eso creo, las luces necesarias para recorrer el camino brumoso de la rutina administrativa. Quiero resumirla en cinco puntos que representan, en conjunto, lo que podríamos llamar una visión moral de la universidad. </span></span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"></span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;"> El primero punto es la <b>pluralidad</b>, esto es, la necesidad de promover diferentes ideas del cambio social y de inculcar el hábito del escepticismo, la conciencia crítica y las virtudes republicanas del debate razonado y el respeto mutuo. En palabras del educador estadounidense William Deresiewicz, debemos formar líderes, pero también personas que cuestionen el poder, no solo a quienes compitan por él. </span></span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"></span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;"> El segundo punto es la <b>diversidad socioeconómica</b>, una ambición antigua de esta universidad, un propósito sempiterno, pero no plenamente realizado. La universidad debe mitigar las diferencias sociales, no amplificarlas. Debe ser un instrumento de movilidad social, no de perpetuación de los privilegios. Los esfuerzos recientes al respecto, que han desvelado a mis antecesores, tendrán que consolidarse y profundizarse. No será fácil por supuesto. </span></span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"></span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;"> El tercero punto es la <b>sostenibilidad</b>. Primero está la obligación que tenemos como comunidad universitaria de cuidar el medio ambiente, dar ejemplo y practicar lo que predicamos. Pero está también la responsabilidad (preponderante, diría) de promover los debates éticos sobre el cambio climático, la deforestación y las fumigaciones. El año entrante, tendremos, en este mismo auditorio, una cátedra sobre sostenibilidad ambiental y consideraciones éticas. Seré uno de los profesores. </span></span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"></span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;"> El cuarto punto concierne a la investigación y a la creación, lo quiero llamar <b>compromiso</b>. Nuestros esfuerzos creativos y de investigación deben hacer parte de una conversación global, de un intercambio permanente con nuestros colegas en el mundo entero, pero deben al mismo tiempo abordar nuestros problemas cotidianos y nuestros desafíos de largo plazo. Deben tocar nuestra realidad y tratar de cambiarla. Debemos acercarnos más a la universidad pública. La universidad debe participar activamente, con sus voces plurales, contradictorias si se quiere, en los debates sobre los grandes asuntos nacionales. </span></span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"></span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;"> Por último, está la <b>innovación</b>. La robotización, las nuevas tecnologías de comunicación, los avances en la teoría del aprendizaje, así como los cambios demográficos y culturales, convierten a la innovación en un imperativo. Las mejores universidades, estoy seguro, no solo sobrevivirán, prevalecerán. Pero los cambios serán muchos. La innovación educativa se ha convertido en una necesidad existencial. </span></span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"></span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;"> En suma, La Universidad de los Andes debe ser un ejemplo de diversidad, sostenibilidad y apertura intelectual, debe profundizar sus nexos globales y su influencia local, y debe, al mismo tiempo, mantener su capacidad de innovar y transformarse desde adentro. </span></span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"></span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;"> Todo ello con apego al énfasis humanístico, a la educación liberal que ha sido enfatizada por todos mis antecesores. “La universidad –escribió uno de nuestros primeros rectores—tiene necesariamente la misión de formar una persona más universal, capaz de aproximarse a la vida con inteligencia, destreza y capacidad de pensar, antes de que entre atolondradamente a manejar los instrumentos de precisión de su carrera”. Esa es nuestra herencia imprescindible, la herencia humanista. Ese será mi énfasis. </span></span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"></span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;"> Empiezo como terminé este discurso, dando las gracias al Consejo superior por la confianza, a los profesores, estudiantes y administradores por el apoyo, a Carolina, Marianita, Tommy, mis papás y mis hermanos por el amor de todos los días y a mis amigos y compañeros de lucha, muchos de ellos aquí presentes, por el afecto y la solidaridad. Los quiero mucho. La vida, con sus conexiones imprevisibles y sus giros irónicos, me dio una segunda oportunidad y me trajo hasta este destino soñado, pero reprimido largamente por mi temor casi primordial a las expectativas frustradas, a la difícil tarea de disculpar ilusiones; la vida, decía, me trajo hasta aquí de manera imprevisible. Asumo mi responsabilidad con emoción, gratitud y la mejor voluntad del mundo. Trataré en cada momento de hacer lo que toca por el bien de la universidad, la comunidad uniandina y el país entero. </span></span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"></span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">Un abrazo fuerte a todos de todo corazón.</span></span>Alejandro Gaviriahttp://www.blogger.com/profile/08910006598161301475noreply@blogger.com20tag:blogger.com,1999:blog-21417826.post-45943202961522629512019-07-01T19:31:00.002-05:002019-07-01T22:19:55.038-05:00La página <div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Cada seis meses, debe leer una nueva página del libro del destino. La página está escrita en un lenguaje cifrado, casi incomprensible. Tiene que recurrir, entonces, a traductores entrenados en descifrar las claves del asunto. Vive en medio de la incertidumbre, el miedo y la resignación (como viven tal vez todos los hombres). </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Esta vez abrió el libro más tranquilo que de costumbre. Ha aprendido a mentirse a sí mismo, a practicar una suerte de ecuanimidad superficial. Los primeros mensajes parecían positivos. Siguió leyendo. Los segundos eran ominosos. Continuó la lectura. Los terceros eran ya terroríficos. Señalaban una agonía breve de dolores inevitables y esperanzas vacías. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Recurrió a los traductores, quienes confirmaron sus conclusiones fatalistas. Pasaron varias horas. Habló con quién pudo. Contó su historia. Fue franco. Directo. Descarnado. Desde muy niño ha rechazado las falsas promesas. Jamás se permitiría ilusionarse con los eventos improbables que por consuelo o ignorancia algunos llaman milagros. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Pero esta vez ocurrió un hecho inesperado. Sin darse cuenta, como resultado quizá de su impaciencia, había abierto el libro en la página equivocada, había leído unos mensajes previos. “Está leyendo una página del pasado”, dijo uno de los traductores. Consultó el libro nuevamente. En efecto, había cometido un error. Leyó como pudo la nueva página. El mensaje era esperanzador. La página anunciaba esta vez una nueva oportunidad. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">En seis meses abrirá de nuevo el libro. Tembloroso leerá la página. Vendrán las interpretaciones. Se revelará su destino nuevamente. Así es su vida. Parece un continuo renacer hasta que la página anuncie lo contrario. Estos días todo ha sido más intenso. Han vivido como mandan los poetas. Nunca se habían abrazado tanto. </span><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">
</span></div>
Alejandro Gaviriahttp://www.blogger.com/profile/08910006598161301475noreply@blogger.com7tag:blogger.com,1999:blog-21417826.post-24759703108153326342019-06-09T17:07:00.003-05:002019-06-10T11:34:52.115-05:00Sobre la decisión de la Corte<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="font-size: small;">En general, la política antidrogas no ha tenido en cuenta los estudios, la evidencia acumulada sobre lo qué sirve y lo qué no. Los interesados pueden ver un resumen <a href="https://www.youtube.com/watch?v=Mycu0nqDvUY&t=2s">aquí</a>. <br /><br />El fallo de esta semana de la Corte Constitucional ha generado dos debates distintos, no independientes, pero distintos: uno es el debate sobre la política antidroga, esto es, sobre la necesidad de una regulación eficaz que respete los derechos humanos y enfatice la reducción del daño para los consumidores y la sociedad. </span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="font-size: small;">El segundo es un debate sobre convivencia, sobre el uso del espacio público por ciudadanos con preferencias y necesidades distintas. Voy a centrarme en este segundo debate. </span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="font-size: small;">La Corte, en mi opinión, tiene razón en sus argumentos esenciales: la prohibición absoluta (sin matices, sin distinguir unos casos de otros) no parece ser la mejor manera de dirimir posibles conflictos en el uso del espacio público; además, puede restringir innecesariamente algunas libertades individuales y puede prestarse para abusos policiales (así lo muestra la evidencia disponible). </span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="font-size: small;">Sin embargo, tengo una preocupación. Este debate podría exacerbar los conflictos, los problemas de convivencia, las peleas entre usuarios de parques, la intolerancia de lado y lado, etc. La atención mediática y el oportunismo político podrían llevar incluso a la violencia. Algunos extremistas parecen estar promoviendo la "limpieza social". Ojalá no ocurra. Pero no sobra advertirlo.</span></span></div>
<br />
<div class="yj6qo" style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: small;">
</div>
Alejandro Gaviriahttp://www.blogger.com/profile/08910006598161301475noreply@blogger.com8tag:blogger.com,1999:blog-21417826.post-49280820085431338102019-05-07T09:25:00.003-05:002019-05-08T11:03:01.900-05:00 80 años de mi papá <br /><div style="text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgfmBUYN2tOIPsWn102sdK7Qgo1HMwMvJcC6owxPJEdLFU4V1RHyZ8HIPXUTWnerUuNuNoFkbGoui9AoMAqx22VFG-q8-xKKZPgv3UoE6fk91rCFchbmZ3gQURBIDJto-83dRcJTg/s1600/maestriamat3.jpg"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgfmBUYN2tOIPsWn102sdK7Qgo1HMwMvJcC6owxPJEdLFU4V1RHyZ8HIPXUTWnerUuNuNoFkbGoui9AoMAqx22VFG-q8-xKKZPgv3UoE6fk91rCFchbmZ3gQURBIDJto-83dRcJTg/s320/maestriamat3.jpg" /></a></div>
<br /><br /> pasó hace ya muchos años <br /><br />[hoy estamos protestando y celebrando el paso de los años] <br /><br />cuarto de bachillerato <br /><br />un compañero había sido expulsado por nada, por un capricho <br /><br />en protesta <br /><br /> otra compañera, Margarita, piernona, recuerdo bien, destrozó un ventanal con una tapa de pupitre <br /><br />un estruendo de consecuencias <br /><br />un escándalo mayor <br /><br />la amenaza de una expulsión masiva <br /><br />"todas las manzanas se pudrieron", dijo un profesor <br /><br />[pobre güevón] <br /><br />escribí una versión del suceso <br /><br />la leí en frente de la clase en taller literario <br /><br />terminaba con un homenaje al compañero expulsado <br /><br />una víctima del poder caprichoso <br /><br />justificaba a Margarita <br /><br />todos aplaudieron con rabia<br /><br />una forma de protesta <br /><br />la investigación siguió su curso ominoso<br /><br />citaron a los padres al colegio<br /><br />llegaron cumplidos <br /><br /> Ocuparon una mesa en un salón contiguo a la rectoría con sus gabinetes de vidrio y ceniceros de plástico<br /><br />la estética de otros tiempos <br /><br />los estudiantes <br /><br />[nosotros] <br /><br />parados, formábamos un cuadrilátero alrededor de la mesa <br /><br />El rector hizo un recuento de lo ocurrido<br /><br />el ventanal destrozado <br /><br />la insolencia compartida <br /><br />el desprecio por la autoridad <br /><br />las risas desafiantes <br /><br />la altanería adolescente <br /><br />[Margarita, la piernona, era una líder natural] <br /><br />hablaron después algunos padres <br /><br />pidieron perdón <br /><br />lamentaron la pérdida de valores de la juventud <br /><br />el papá de Mauricio, el compañero expulsado <br /><br />[baterista, catador de hongos de boñiga, una estrella plateada en su oreja izquierda] <br /><br />pidió la palabra <br /><br />leyó mi relato de la protesta <br /><br />el homenaje a su hijo <br /><br />[a quien se lo había regalado días antes] <br /><br />tenía una voz de locutor <br /><br />hacia unas pausas enfáticas <br /><br />terminó la lectura con un gesto de alivio <br /><br />jah <br /><br />nadie dijo nada más <br /><br />salimos <br /><br />creí que me iban a matar <br /><br />“eso fue Margarita”, iba a decir <br /><br />“¿quién escribió la historia?”, me preguntó<br /><br />“yo”, respondí resignado <br /><br />“excelente”, me dijo mi papá con una risa cómplice<br /><br />así lo tengo en la memoria <br /><br />así lo he recordado por años <br /><br />se trata, digamos, de una herencia familiar <br /><br />la intolerancia ante la injusticia <br /><br />la protesta ante el poder caprichoso <br /><br />la manía de burlarse de jefes y directivos <br /><br />la idea simple pero definitoria de que hay algunas cosas que no podemos aceptar <br /><br />esa idea que hoy, más que nunca, quiero entre lágrimas recordar <br /><br />hace un mes acusaron a un profesor de tomás de acoso sexual <br /><br />había sentado inocentemente a una niña en sus piernas <br /><br />iba a ser expulsado <br /><br /> “no hizo nada, es muy buena persona, que injusticia, cómo hacen eso, además es gay”<br /><br />dijo tommy con los ojos aguados <br /><br /> oyéndolo pensé inmediatamente, la herencia está a salvo <br /><br />el nieto tampoco sabe tolerar la injusticia <br /><br />gracias papi <br /><br />seguiremos rebelándonos un poco en contra de lo que no está bien en este hijueputa mundo <br /><br />te queremos mucho <br /><br /> mucho Alejandro Gaviriahttp://www.blogger.com/profile/08910006598161301475noreply@blogger.com42tag:blogger.com,1999:blog-21417826.post-19174370419775256372019-04-13T13:26:00.000-05:002019-04-14T11:59:41.012-05:00Nuestra tarea<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Primero fue la imagen de un agujero negro<br /><br />El tragaluz, la más elusiva de las criaturas<br /><br />Sólo visible a los ojos de una curiosidad sin límites<br /><br />Neurótica<br /><br />Antigua<br /><br />Esencial<br /><br />El cielo, siempre un acertijo<br /><br /><br /><br /><br />Horas después fue una noticia distinta<br /><br />Un asunto terrenal<br /><br />Otra hazaña<br /><br />La combinación de nuestro código genético y el de los chimpancés<br /><br />Un peligroso juego entre primos<br /><br />Una inevitable manipulación<br /><br />Vendrán otras<br /><br />Prometeo sin dioses<br /><br />Instintos de alquimista<br /><br /><br /><br />Esta semana volvimos<br /><br />Al mundo de Ptolomeo<br /><br />Al centro del universo<br /><br />La humanidad, mitad de camino entre el átomo y la galaxia<br /><br />La humanidad, el universo y el código que se piensan a sí mismos<br /><br />Era nuestra tarea<br /><br />Está hecha<br /><br />Sólo nosotros podemos apreciarla.</span>Alejandro Gaviriahttp://www.blogger.com/profile/08910006598161301475noreply@blogger.com7tag:blogger.com,1999:blog-21417826.post-27510510665805260442019-04-05T12:11:00.001-05:002019-04-05T14:49:26.075-05:00Siquiera tenemos las palabras: ideas sueltas <div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhtDCWTh-Lxvd9IZoNdmsQ9DLNxLqz_Jw4zbxrFWf9v7oUFuLFo97bZY-JUd8X3W6z-NvO5GiHenCQGEPQzAPEIVGH7wTz-ve0HiB1LG1giGMH7ncDqCub4qQQPEQ0JcdAykfn1Tw/s1600/portada_siquiera-tenemos-las-palabras_alejandro-gaviria_201903052321.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="389" data-original-width="252" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhtDCWTh-Lxvd9IZoNdmsQ9DLNxLqz_Jw4zbxrFWf9v7oUFuLFo97bZY-JUd8X3W6z-NvO5GiHenCQGEPQzAPEIVGH7wTz-ve0HiB1LG1giGMH7ncDqCub4qQQPEQ0JcdAykfn1Tw/s400/portada_siquiera-tenemos-las-palabras_alejandro-gaviria_201903052321.jpg" width="258" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">La corrupción no se combate entregándoles más poder a unos pocos políticos o funcionarios que parecen más interesados en el espectáculo que en la verdad. </span></div>
<div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">La civilización del espectáculo erosiona la democracia, sobresimplifica los asuntos públicos y trivializa el cambio social. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Debemos recuperar el sentido de la tragedia. Hay problemas sociales que no tienen solución definitiva. Hay catástrofes imprevisibles e inevitables. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">La corrupción del lenguaje es causa y consecuencia de la corrupción. Las palabras pueden corromper y suelen corromperse. “El lenguaje político está diseñado para que las mentiras suenen veraces y los crímenes parezcan respetables”. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Las luchas ambientales no deberían comprometer o lesionar la democracia y la dignidad humana. El ecoautoritarismo no es una buena idea. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">El pesimismo biológico (la conciencia plena de nuestras falencias y debilidades) es parte esencial del humanismo. La muerte, la enfermedad, el absurdo y la culpa casi nos definen. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Las sociedades tienen pocos mecanismos de defensa en contra de tiranos en ciernes investidos de legitimidad y prestigio. El despotismo necesita de la colaboración de las víctimas. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">“Las tiranías son sobre todo un problema de la especie, una tragedia antropológica”. En las tiranías, no solo las víctimas se cuentan en millones: los victimarios también son muchos. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">La manipulación demagógica del bienestar de los niños es cada vez más frecuente y más ruin. Detrás de ese discurso oportunista suelen esconderse las pretensiones totalitarias de políticos extremistas. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">La soledad de América Latina es una incomprensión antigua: la falta de entendimiento del nuevo mundo por parte de los europeos, el doble rasero a la hora de interpretar su historia y la nuestra, su incapacidad para apreciar la complejidad de una región donde confluye toda la diversidad del mundo.</span></div>
</div>
Alejandro Gaviriahttp://www.blogger.com/profile/08910006598161301475noreply@blogger.com8tag:blogger.com,1999:blog-21417826.post-3454738336296551402019-03-22T16:38:00.001-05:002019-03-22T20:43:36.538-05:00Carver y Murakami: un encuentro fugaz <div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjeKJaTf5VxTxBC1bnBGb3ZL8EeJFe_Qe9cNA_QyiJaZ3wsW3yN8WJjTXkMNFCD38ypktLeBSd5nU1xTBTv1zx7MdeVM3bgh8iKNmklwThVwThPkpdBfvI-9tamFjvv8DBRTPOONw/s1600/Murakami-1.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="355" data-original-width="750" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjeKJaTf5VxTxBC1bnBGb3ZL8EeJFe_Qe9cNA_QyiJaZ3wsW3yN8WJjTXkMNFCD38ypktLeBSd5nU1xTBTv1zx7MdeVM3bgh8iKNmklwThVwThPkpdBfvI-9tamFjvv8DBRTPOONw/s640/Murakami-1.jpg" width="640" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Murakami fue a buscarlo (en un peregrinaje personal) a un pequeño pueblo del Noroeste de Estados Unidos. Había leído una de las historias de Carver como una revelación. Después, obsesionado, había traducido varias otras febrilmente, como quien descifra un texto sagrado. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">M. tenía ya alguna fama en Japón. Había publicado una novela exitosa. Consideraba a C. su camarada literario. Pero C. nada sabía de eso. Para él, M. era solo un traductor entusiasta de sus cuentos. C. nunca supo que M. era un escritor. Nunca conoció sus libros. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Se vieron esa sola vez en el verano de 1984. Los dos eran tímidos, pero pudieron conectarse. Hablaron durante dos horas. Tomaron té. Especularon sobre la acogida de C. en Japón. Quedaron de verse nuevamente. Una enfermedad truncó los planes. C. murió en 1988 de un cáncer de pulmón. Tenía 50 años. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">C. escribió un poema sobre el encuentro, un poema de un recuerdo sobre </span><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">un recuerdo, </span><i style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">El proyectil</i><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">. M. aparece al comienzo y al final como un paréntesis. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><i>Tomamos té. Divagamos amablemente </i></span><br />
<i style="font-family: arial, helvetica, sans-serif;">sobre las posibles razones del éxito</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><i>de mis libros en su país. Pasamos</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><i>a hablar del dolor y la humillación</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><i>que aparecen y reaparecen</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><i>en mis historias. Y ese elemento</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><i>azaroso y de qué manera todo eso se traduce </i></span></div>
</div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><i>en términos de ventas. </i></span></div>
<div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><i>Miré hacia una esquina de la habitación</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><i>y por un minuto tuve de nuevo 16 años,</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><i>patinando en la nieve</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><i>en un Dodge Sedán del 50 con cinco o seis</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><i>amigos. Enseñándoles el índice</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><i>a otros vagos, que gritaban y bombardeaban</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><i>el carro con bolas de nieve, piedras y ramas</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><i>viejas. Dimos la vuelta, gritando.</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><i>Y pensábamos dejar las cosas así.</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><i>Pero mi ventanilla estaba abierta diez centímetros.</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><i>Sólo diez centímetros. Grité </i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><i>una última grosería. Y vi a aquel tipo</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><i>preparándose para lanzar. Desde esta perspectiva,</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><i>hoy, imagino que la vi venir. Que la vi</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><i>volando por el aire mientras miraba,</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><i>como miraban aquellos soldados de principios</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><i>del siglo pasado los perdigones </i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><i>que volaban hacia ellos,</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><i>paralizados, incapaces de moverse,</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><i>fascinados por el pánico.</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><i>Pero no la vi. Ya me había dado la vuelta</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><i>para reírme con mis amigos</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><i>cuando me golpeó en un lado</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><i>de mi cabeza tan fuerte que me reventó el tímpano y cayó</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><i>en mi regazo, intacta. Una bola compacta de hielo </i></span></div>
</div>
<div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><i>y nieve. El dolor fue inmenso.</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><i>Y la humillación.</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><i>Fue terrible cuando empecé a llorar delante de los tipos </i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><i>que gritaban, Qué suerte. Ahí lo tienes. </i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><i>¡Una en un millón!</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><i>El tipo que la lanzó tenía que estar encantado</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><i>y orgulloso de sí mismo mientras recibía </i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><i>vítores y palmadas en la espalda.</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><i>Debe haberse secado las manos en sus pantalones.</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><i>Deambulado un rato más por ahí</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><i>antes de ir a comer a su casa. Creció,</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><i>tuvo su cuota de decepciones y se perdió</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><i>en su propia vida, como yo en la mía.</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><i>Nunca volvió a pensar</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><i>en esa tarde. ¿Por qué iba a hacerlo?</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><i>Siempre tenemos demasiadas cosas en que pensar.</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><i>¿Por qué recordar ese carro estúpido que,</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><i>patinando</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><i>calle abajo, giró en una esquina</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><i>y despareció?</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><i>Levantamos amablemente las tazas en la habitación.</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><i>Una habitación en la que por un minuto algo</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><i>más irrumpió. </i></span></div>
</div>
Alejandro Gaviriahttp://www.blogger.com/profile/08910006598161301475noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-21417826.post-51681925030569282542019-03-13T22:54:00.002-05:002019-03-14T08:32:45.562-05:00Las lecciones de Perú en el tema del glifosato<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Estuve en Perú la semana pasada en una reunión sobre políticas antidroga. Tuve la oportunidad de conocer de cerca las políticas de control de los cultivos de coca y los proyectos de desarrollo alternativo. Conversé con las autoridades. Oí su versión (sesgada, pero interesante) de los éxitos y los fracasos, de los entusiasmos y las decepciones. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Los retos son similares a los de Colombia. Han tenido éxito en la región del <a href="https://www.americaeconomia.com/politica-sociedad/politica/peru-supera-meta-establecida-para-destruccion-de-cultivos-ilegales-de">Alto Huallaga</a> (donde los cultivos de uso ilícito se han reducido sustancialmente), pero no así en el llamado <a href="https://elcomercio.pe/peru/vraem/narcotrafico-sigue-ganando-terreno-peru-informe-noticia-576360">VRAEM</a> (donde los cultivos han aumentado). Es la lógica de esta guerra, comprobada una y otra vez: el problema se desinfla en un lado y se infla en otro. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">En medio de la conversación con las autoridades peruanas, pregunté por el uso de agentes químicos en las tareas de erradicación. Me sorprendió la vehemencia de la respuesta de le director de Devida (la agencia estatal encargada del asunto): “no los usamos, es un tema absolutamente sensible con la comunidad, el tema está por fuera de cualquier discusión”. Hice la misma pregunta a algunos habitantes de las zonas cocaleras. Insistieron en lo mismo: “nunca, bajo ninguna circunstancia”.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Conocí, después, un decreto, expedido en el año 2000 y firmado por Alberto Fujimori (<i>of all people</i>), que prohíbe de manera perentoria el uso de agentes químicos en la erradicación. El decreto no deja dudas. En Perú, el uso de glifosato en las tareas de erradicación no solo está prohibido por las normas escritas, sino también por los acuerdos informales con la comunidad. Es un tema vedado. Institucional y culturalmente resuelto. </span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhgHVWrRhH_jrYtMdRK01rwH5PsQ6K_1sK16Pt8fPkZQbWbytuj06Y1R1NpyVLcaMqBekjQWE966HXPWvI01E8qdh7kU7JaK_oLDoKiXpSYsIMoLgroAV5M16lIGbuAKyan5EdSRA/s1600/jjj.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="507" data-original-width="711" height="456" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhgHVWrRhH_jrYtMdRK01rwH5PsQ6K_1sK16Pt8fPkZQbWbytuj06Y1R1NpyVLcaMqBekjQWE966HXPWvI01E8qdh7kU7JaK_oLDoKiXpSYsIMoLgroAV5M16lIGbuAKyan5EdSRA/s640/jjj.jpg" width="640" /></a><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Cabe, entonces, la pregunta: ¿Por qué la diferencia entre Perú y Colombia? ¿Por qué nuestra mayor tolerancia ante los impactos ambientales y de salud del glifosato? ¿Hemos sido, quizá, indiferentes en el pasado con los aspectos más dañinos de la política antidrogas? Al fin y al cabo, hasta hace muy poco, éramos el único país del mundo que usaba la aspersión aérea con glifosato. No deberíamos (el ejemplo peruano es aleccionador) volver a lo mismo. Nunca más. </span></div>
Alejandro Gaviriahttp://www.blogger.com/profile/08910006598161301475noreply@blogger.com7tag:blogger.com,1999:blog-21417826.post-12514589408369054382019-02-16T19:33:00.001-05:002019-02-17T11:51:23.583-05:00shhhhhhhhhup<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">La conversación (que tuvo lugar en el Hay Festival en Cartagena) llevaba quince minutos. Comenzaba apenas. Probablemente </span><a href="http://deirdremccloskey.com/" style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Deirdre McCloskey</a><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"> sintió la necesidad de concitar la atención del público, de sorprender al escenario. De eso se trata el entretenimiento (y los festivales literarios son una forma de entretenimiento sofisticado). Se paró, caminó hacia una esquina del escenario y anunció que iba a hacer una representación estilizada de la historia de la humanidad, de los últimos 12 mil años o algo así.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Estiró el brazo hacia abajo y dobló la muñeca de manera que la mano formara un ángulo de noventa grados con el antebrazo. “Esta altura –dijo– equivale a menos de un dólar por día por persona, así empezamos hace doce mil años, 99,9% de la humanidad era pobre”. Caminó lentamente de una esquina a otra del escenario, cada paso representaba varios siglos. La mano seguía bajo, en la misma posición, la palma perpendicular al antebrazo. Nada pasó por siglos, por buena parte de la historia, decía mientras caminaba; la pobreza era la norma, 99%, señalaba con insistencia.</span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">De un momento a otro, recorrida casi toda la historia (o el escenario que en este caso es lo mismo), comenzó a levantar la mano, primero lentamente y luego, “shhhhhhhhup”, a toda velocidad: la palma apuntaba ahora al techo del teatro. La humanidad salió de su letargo así súbitamente, dijo. Primero en Holanda e Inglaterra, luego en casi toda Europa y Estados Unidos y, más recientemente, en China e India, el estándar de vida se multiplicó, creció varios órdenes de magnitud: shhhhhhhhhup podríamos llamar al evento más significativo de la historia, la gráfica lo dice todo.</span></div>
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">
</span>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">
</span>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhXC_yNeAmiclp_6_kb-px2OnvUy00dpPJ5xI30cS5DT_A7gXK8dRFWWMAwRWwCNfTOJpniwE0BC6VMttbkNK9YtX6Y3dVUG3zdx_TFymeF2B8vGEctl3M2cm9mHIaG7EwscyY0HQ/s1600/shpp.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="289" data-original-width="480" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhXC_yNeAmiclp_6_kb-px2OnvUy00dpPJ5xI30cS5DT_A7gXK8dRFWWMAwRWwCNfTOJpniwE0BC6VMttbkNK9YtX6Y3dVUG3zdx_TFymeF2B8vGEctl3M2cm9mHIaG7EwscyY0HQ/s400/shpp.jpg" width="400" /></a></span></div>
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">
</span>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">
</span>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Deirdre McCloskey tiene una explicación. No es la acumulación de capital como argumentaron tantos economistas. Tampoco las instituciones, la protección de los derechos de propiedad y el control al poder arbitrario de monarcas y emperadores, como han afirmado recientemente algunos historiadores económicos. Fueron las ideas, en particular, la adopción o aceptación de una idea transformadora: el liberalismo igualitario con su mensaje de libertad y dignidad para la gente del común.</span></div>
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
La revolución –dijo– comienza en Holanda, con el crecimiento de la burguesía, con el rechazo de las costumbres aristocráticas y con el crecimiento concomitante del prestigio social de los mercaderes, lo que implicó, a su vez, la valoración del trabajo y la disciplina que imponen los mercados. Este fenómeno, enfatizó, se denomina usualmente “capitalismo”, pero el nombre es equivocado, debería llamarse: “avance tecnológico e institucional a un ritmo frenético puesto a prueba por el libre intercambio entre las partes involucradas”.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Lo que importa éticamente, dijo, no es la igualdad de resultados, son las condiciones de vida de los trabajadores, del hombre de la calle. “Los ricos se han enriquecido, pero los pobres también. Y para ellos significa mucho más”. “La desigualdad de cualquier forma imaginable de confort genuino (no representado por el número de Rolex) ha disminuido”. “La pobreza absoluta ha caído fuertemente, no tanto así la pobreza relativa, pero la primera, digan lo que digan los clérigos, es la que importa”.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Al final de la conversación, ya relajados, cuestioné algunos de sus argumentos: las sociedades más desiguales, le dije, son más violentas y menos saludables; el poder económico puede cooptar el poder político y cambiar las reglas a su favor; además, el desafío ambiental parece cada vez más acuciante. No prestó mucha atención. Volvió sobre lo mismo. Todo es cuestión de perspectiva, dijo, hay problemas, como siempre, los clérigos seguirán con sus letanías autoincriminatorias, pero los hechos son incontrovertibles. En suma, shhhhhhhhhup.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Razón no le falta.</div>
</span></div>
Alejandro Gaviriahttp://www.blogger.com/profile/08910006598161301475noreply@blogger.com13tag:blogger.com,1999:blog-21417826.post-43169883909680707202019-02-11T18:42:00.001-05:002019-02-11T19:07:05.515-05:00La salvación del ateo <div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">El sábado anterior, en el festival literario Parque 93 en Bogotá, en medio de una conversación con Piedad Bonnett, la periodista y librera Claudia Morales me hizo una pregunta paradójica, inquietante podría decirse: “¿es el ateísmo una especie de salvación?” </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Había unas 300 personas sentadas en la grama, relajadas, pero vigilantes, pendientes de una respuesta concreta a la paradoja en cuestión. Me quedé inicialmente paralizado por unos segundos, confundido, con una mezcla de temor y desconcierto. Pasado el susto, traté de articular una respuesta. Me tocó echar mano de algunas ideas que había escrito o reseñado, en un contexto diferente, en mi libro <i><a href="https://www.panamericana.com.co/hoy-es-siempre-todavia-549605/p">Hoy es siempre todavía</a></i>. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Los ateos, dije, sabemos que no hay salvación ni condena, estamos convencidos de que la muerte es para siempre. Sospechamos, además, que la vida no tiene un sentido intrínseco, que el absurdo es parte de todo esto. Pero no nos resignamos. Tratamos de inventar un sentido, de creernos un cuento, de buscar un propósito…“Podemos imaginarnos a Sísifo feliz”. En suma, esa búsqueda es nuestra salvación, la única posible. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Habría podido también mencionar, como respuesta, una suerte de invitación al optimismo trágico que leí hace algunas semanas en alusión a los poemas de la poeta uruguaya Idea Vilariño: “una sed de absoluto que se sabe perdida, la conciencia de la muerte, de la finitud del amor, la intensidad de algunas rebeldías y la intensidad también del deseo, pero sobre todo, la terca actitud ética de mirar esos límites con valor, de aceptarlos con libertad, de no engañarse”. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Mencioné, de paso, de manera burda, sin ahondar en los detalles, un poema tardío de Borges sobre Baruch Spinoza que resume la única salvación posible para el escéptico: inventar un dios personal, un sentido imaginario. Me habría gustado declamar el poema. No pude. No lo tenía en la memoria. Con los años la memoria se manda sola, caprichosa, registra solo lo que quiere. Vale la pena, en todo caso, traer a cuento el poema de Borges. </span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiaR289oHEAUrvP8Dnp-KlgSf-9TPZbfmvRaQ5-r6A9itoWeRHAw3X5p0kBTxzJLlPMDv8sMnMO8a5geeCj4Ht6r_HwBKaNFgVvBIbkWOc8Xnw6Pa60dkdpc1_5fQoB_OnVS-No8Q/s1600/ggg2.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="574" data-original-width="452" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiaR289oHEAUrvP8Dnp-KlgSf-9TPZbfmvRaQ5-r6A9itoWeRHAw3X5p0kBTxzJLlPMDv8sMnMO8a5geeCj4Ht6r_HwBKaNFgVvBIbkWOc8Xnw6Pa60dkdpc1_5fQoB_OnVS-No8Q/s400/ggg2.jpg" width="313" /></a></div>
</div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Nos lleva el tiempo como a las hojas los ríos, la muerte nos torna en nada, pero imaginamos un sentido, un dios sin odios, que nos enseña, en últimas, la importancia del "amor que no espera ser amado”. Esa es, quizá, la verdadera salvación del descreído.</span></div>
Alejandro Gaviriahttp://www.blogger.com/profile/08910006598161301475noreply@blogger.com17tag:blogger.com,1999:blog-21417826.post-55963031486728995652019-01-23T11:00:00.001-05:002019-01-23T11:14:20.987-05:00Una reflexión <div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">En los años ochenta, en medio de las negociaciones de paz con las guerrillas, un grupo de científicos sociales en Colombia (serían conocidos después como los <a href="https://www.semana.com/nacion/articulo/los-violentologos/88236-3">violentólogos</a>) introdujeron el término (o la hipótesis) de las causas objetivas de la violencia. La exclusión política, la desigualdad y la falta de oportunidades, se decía, eran las causas preponderantes del conflicto y de las muchas formas traslapadas de violencia. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br />En los años noventa, en medio de la aceleración de conflicto, del aumento exorbitante de los homicidios, otro grupo de científicos sociales, entre ellos, Mauricio Rubio, Carlos Esteban Posada, Malcolm Deas, Fabio Sánchez y Fernando Gaitán cuestionaron (empíricamente) la hipótesis de las causas objetivas. Con datos, con cifras y escrúpulos positivistas, <a href="https://www.semana.com/cultura/articulo/un-libro-polemico/25770-3">mostraron que la impunidad, la inoperancia de la justicia</a> y los problemas del ejército y la policía eran los principales generadores de violencia, los factores que subyacían el crecimiento de los grupos armados y la violencia. El argumento ponía de presente una suerte de circularidad: la impunidad genera violencia y la violencia desatada desborda al Estado y produce impunidad y más violencia. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br />Detrás de una discusión en apariencia instrumental, había un debate ético, filosófico, muy complejo, no resuelto, a saber: muchos veían en la hipótesis de las causas objetivas una justificación velada de la violencia, una validación de cierto discurso que seguía insistiendo en la legitimidad de los asesinatos como instrumento de cambio social. El debate nunca ha desparecido del todo. La discusión empírica no es definitiva, deja espacio para la ambigüedad: la conexión entre violencia y desigualdad, por ejemplo, es evidente, pero es también insuficiente para explicar la permanencia de los grupos guerrilleros en Colombia o las altas tasas de homicidios de los años ochenta y noventa. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj1gZARWvzf5_U2g-gmfBJyG1jeJZ2fXq6l0Y67ijxvxILAjiZPi6u8Ccy8czEjT9xhC-Yd4SAL2j99Ww9wQw7spMnPdZJhFFAcLTppVBhEySOwMm7BG2SXMPJ42AF_2leA3DQ7zQ/s1600/gp.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="391" data-original-width="609" height="205" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj1gZARWvzf5_U2g-gmfBJyG1jeJZ2fXq6l0Y67ijxvxILAjiZPi6u8Ccy8czEjT9xhC-Yd4SAL2j99Ww9wQw7spMnPdZJhFFAcLTppVBhEySOwMm7BG2SXMPJ42AF_2leA3DQ7zQ/s320/gp.jpg" width="320" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">No quisiera insistir en un debate que deberíamos superar. La corrupción y la exclusión social son desafíos pendientes de nuestra sociedad. Pero decir que por ello, que como consecuencia de estos desafíos, el terrorismo y el asesinato son inevitables, no solo es empíricamente inexacto, sino éticamente problemático. Las causas objetivas son muchas. Una de ellas ha sido también nuestra incapacidad de rechazar, sin ambages, sin notas de pie de página, sin justificaciones de ningún tipo, a quienes usan la violencia y el asesinato con fines políticos.</span></div>
Alejandro Gaviriahttp://www.blogger.com/profile/08910006598161301475noreply@blogger.com9tag:blogger.com,1999:blog-21417826.post-47309904612597652552018-12-13T14:05:00.000-05:002018-12-13T17:48:38.286-05:00Recuerdo imprevisto<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Mi primo, el osado, el viajante, <br />estaba de regreso, traía un buen número de historias nuevas,<br />aventuras, excesos, desviaciones,...<br />las escuchábamos con curiosidad, ávidos de cuentos,<br />niños de provincia aburridos del aburrimiento.<br /><br />Tenía una cámara nueva, la mejor de la ciudad,<br />conocía el oficio de la fotografía,<br />ese espejo inquietante.<br />Encontró un refugio precario en la publicidad, <br />intentó ser un promotor resignado del capitalismo,<br />pero no encajó, no pudo.<br />Fue despedido con honores,<br />su talento no cabía en la ciudad de entonces.<br /><br />Pasó el tiempo,<br />dejé de verlo por varios meses,<br />había vendido la cámara, rumoraban.<br />Llegó un día a la hora de almuerzo, <br />con un vestido nuevo de vendedor domiciliario.<br />Vendía ahora tumbas de un nuevo cementerio,<br />se ganaba la vida con la muerte: <br />mostraba una fotografía en blanco y negro de una tumba agrietada con flores marchitas y decía con una insistencia triste, ¿quién quiere terminar así?<br /><br />Mi papá era muy joven, <br />pero compró la tumba sin preguntar,<br />no sólo por caridad, ahora entiendo,<br />también como protesta, <br />como quien regaña a los dioses por su perversidad,<br />por la vida.<br /><br />Te quiero Luiso.</span>Alejandro Gaviriahttp://www.blogger.com/profile/08910006598161301475noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-21417826.post-31181692438438640152018-12-12T09:24:00.000-05:002018-12-12T09:24:16.201-05:00“Para los extremistas, las buenas noticias son problemáticas”<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">SEMANA: Usted trinó “la corrupción tiene muchos efectos. Uno de ellos es devastador: la erosión en la confianza pública y la legitimidad de las instituciones.” ¿De qué manera evitar que esto suceda si últimamente las grandes noticias en Colombia han sido sobre corrupción, y según las encuestas, es el problema que más le preocupa a los ciudadanos.?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Alejandro Gaviria: La corrupción está teniendo un impacto muy grande sobre la legitimidad del Estado y la confianza pública en las instituciones democráticas. Estamos viviendo un momento de exaltación, de indignación permanente con consecuencias imprevistas. Mi llamado es a evitar las generalizaciones, no renunciar al pensamiento y no caer en una politización oportunista de la moral.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">En muchos países la lucha contra la corrupción ha terminado en gobiernos autocráticos y en reformas absurdas que tienen un efecto muy negativo sobre el funcionamiento del Estado. Debemos evitar ese escenario. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">SEMANA: ¿Cuál es la solución a la politización oportunista de la moral? </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">A.G: Una cosa es la moralización de la política, un asunto necesario, urgente, otra cosa muy distinta es la politización de la moral. Politizar la moral no conduce nada. Promueve un discurso sin contenido. Necesitamos propuestas concretas, iniciativas con sustento empírico. El problema de la corrupción no lo vamos a solucionar con cruzadas morales o metiendo a todo el mundo a la cárcel. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">SEMANA: Entonces, ¿qué sería moralizar la política? </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">A.G: Por ejemplo, que los políticos rechacen el clientelismo, cambien la forma de relacionarse con los ciudadanos, promuevan una agenda programática, rechacen la demagogia, traten de dar ejemplo. La ética es como la dieta, una cuestión de todos los días, de todas las horas y todos los escenarios. Ahí está la clave, no en los discursos grandilocuentes. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">SEMANA: En un trino dijo que esta sociedad sufre de “catastrofismo”, ¿estamos viviendo en una sociedad acostumbrada o que le gusta el catastrofismo? </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Alejandro Gaviria: Como decía Vargas Llosa, vivimos en la sociedad del espectáculo, tenemos un apetito insaciable por escándalos que los medios, siempre dispuestos a apostarle a la vulgaridad del corazón humano, alimentan día a día. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">No hay sentido de las proporciones. No hay contexto. No hay análisis. La demanda por indignación crea su propia oferta, y viceversa. En eso estamos.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">SEMANA: Por otra parte, usted trinó sobre los extremistas que “distorsionan la realidad, magnifican las dificultades y desean que las cosas vayan mal porque eso los enaltece”. ¿Por qué a los fanáticos/extremistas les beneficia un ambiente de pesimismo?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">A.G: Porque su discurso ilusorio tiene mucho más eco si la mayoría piensa que no hay nada que conservar, que todo es un desastre, que necesitamos un líder providencial que nos conduzca de la mano por el camino del bien. Para los extremistas las buenas noticias son problemáticas, incómodas, estorbosas.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">SEMANA: Hablando en términos políticos, ¿el que hace uso de la táctica pesimista es el extremista de la oposición o también existen los extremistas afines al gobierno? es decir, ¿el extremismo tiene tinte político? </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">A.G: Hay extremistas en ambos lados. Los de derecha niegan la mejoría de la seguridad. Los de izquierda niegan el progreso social. Ambos proponen una solución similar para todos los problemas, un gran líder político, un profeta. Pero como decía Karl Popper, “la creencia de que solo puede salvarnos un genio político –el Gran Estadista, el Gran Líder—es la expresión de la desesperación. No es nada más que la fe en los milagros políticos, un suicidio de la razón humana”. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">SEMANA: Si los escándalos de corrupción continúan, ¿cómo evitar que las personas no vean corrupción en todas partes? </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">A.G: Va a ser difícil. Pero no podemos renunciar al análisis, al estudio de cada caso, al discernimiento, a la disciplina fáctica. Doy un ejemplo: se menciona a menudo que la corrupción anual en Colombia es de 50 billones. Esa cifra puede ser desmentida con un cálculo de servilleta, pero se sigue repitiendo como si fuera una constante universal.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">SEMANA: Usted dice que no hay que hacerse “muchas ilusiones con la política”. ¿Esta afirmación no ahonda la erosión a la confianza pública y la legitimidad de las instituciones que según usted puede ser devastadora? </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">A.G: No, todo lo contrario. Es un llamado a entender la complejidad del mundo. Basta abrir cualquier manual de ciencia política. Los problemas de la política están por todos lados: el teorema de imposibilidad de Arrow, los problemas de agencia entre elegidos y electores, los problemas de credibilidad, la tragedia de los comunes, etc. La tensión entre lo individual y lo colectivo casi nunca tiene una solución óptima. Por lo tanto, las instituciones muchas veces constituyen equilibrios precarios o inestables. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">SEMANA: En este momento se está tramitando la reforma política y la de justicia en el Congreso, las cuales plantean varios puntos que en el pasado se habían quitado de la constitución porque no funcionaban. ¿La situación que está viviendo el país se mejora con normas o qué se necesita para que las prácticas políticas y ciudadanas mejoren? </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">A.G: Las normas pueden ayudar, pero no cambian la cultura ni tampoco crean capacidades estatales. La corrupción muchas veces es un síntoma de problemas más profundos en el funcionamiento del Estado. Las buenas leyes ayudarían. Pero no creo que las circunstancias políticas y de opinión en Colombia en este momento sean propicias para hacer buenas leyes. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">SEMANA: ¿Por qué no es un buen momento para hacer buenas leyes? </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">A.G: Porque no hay credibilidad en el legislativo, además, en este momento hay un problema serio de gobernabilidad, hay una gran anarquía en el Congreso. Pero insisto en un punto. Estamos en el país de Santander. Sobrevaloramos las leyes como vehículo de cambio. Pero uno ley no va a resolver los problemas esenciales del Estado. A veces toca reiterar lo obvio.</span></div>
Alejandro Gaviriahttp://www.blogger.com/profile/08910006598161301475noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-21417826.post-42673856119632661992018-12-03T12:44:00.000-05:002018-12-03T13:00:27.302-05:00Tensiones en el desarrollo sostenible <div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgcETM-JaMusVf4KR8W4nN-7Uus4Cgp4-QsfmgLZ7oh4Xiaujhi5y-IrN4_b64i4OTka1JjZv12e-JtOsUAbPCO1hXt3E3zqNq-rMqbhEw9zeq3Vvc2vg8qihSA2SMTremXur2RnQ/s1600/DsNjvT3WwAAR4D9.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1024" data-original-width="725" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgcETM-JaMusVf4KR8W4nN-7Uus4Cgp4-QsfmgLZ7oh4Xiaujhi5y-IrN4_b64i4OTka1JjZv12e-JtOsUAbPCO1hXt3E3zqNq-rMqbhEw9zeq3Vvc2vg8qihSA2SMTremXur2RnQ/s400/DsNjvT3WwAAR4D9.jpg" width="282" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">En días pasados la facultad de Administración de la Universidad de los Andes y el Centro ODS lanzaron el libro <i><a href="https://administracion.uniandes.edu.co/index.php/es/facultad/sobre-la-facultad/noticias/item/2894-lanzamiento-gobernanza-y-gerencia-del-desarrollo-sostenible">Gobernanza y gerencia del desarrollo sostenible</a></i>. Un libro ambicioso, comprehensivo, totalizante, plural, heterogéneo, etc. También un poco intimidante así solo sea por su longitud, casi 600 páginas. </span></div>
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"></span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">
<div style="text-align: justify;">
No voy a intentar una reseña del libro. Sería una pretensión imposible. Tampoco voy a hacer un resumen. No viene el caso. Quiero simplemente presentar un inventario de algunas tensiones, contradicciones o asuntos por resolver que encontré en la lectura de las dos primeras partes del libro. No es fácil, sobra decirlo, conciliar el crecimiento económico, el desarrollo social y la sostenibilidad ambiental. Las tensiones resultantes aparecen de manera repetida en varios capítulos del libro. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Tensiones: </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
1. Tensión entre el incrementalismo (impuestos verdes, bonos de carbono, pagos por servicios ambientales, etc.) y otros enfoques o aproximaciones que aducen la necesidad de un cambio radical en los modos de producción y consumo. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
2. Tensión entre el desarrollo social y la sostenibilidad ambiental. Por ejemplo, los países de ingreso medio tendrían, para cumplir con las metas globales de reducción de emisiones, que disminuir su consumo de energía a pesar de las grandes diferencias existentes en los <i>niveles</i> de bienestar con los países de altos ingresos. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
3. Tensión entre enunciados, objetivos, metas y producción académica (de un lado) y resultados (del otro). Millones de páginas web y publicaciones, décadas de pronunciamientos y cumbres no han podido cambiar los resultados. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
4. Tensión entre lo normativo y positivo: lo éticamente defendible sería tal vez una tasa intergeneracional de preferencia intertemporal igual a cero: todas las generaciones, presentes y futuras, son iguales. Pero las preferencias reveladas de la humanidad sugieren algo distinto, muestran un sesgo evidente a favor de las generaciones actuales. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
5. Tensión entre la complejidad sistémica y la necesidad de acción. Los sistemas complejos implican, entre cosas, una gran incertidumbre sobre el resultado de las intervenciones. La “pretensión del conocimiento” riñe a veces con la urgencia de la acción. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
6. Tensión entre visiones o ideas opuestas sobre la vida colectiva, la intervencionista y la post desarrollista. La demanda por autonomía de muchas comunidades coincide algunas veces con otra demanda, la de presencia del Estado: “déjeme solo, pero quiérame mucho”. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
7. Tensión entre las aproximaciones reduccionistas que enfatizan los aspectos comunes y las etnográficas enfatizan la diversidad del mundo, esto es, entre “los determinantes sociales” y “cada caso es único”. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Con todo, este es un libro posibilista. Va más allá de las tensiones. Muestra, por ejemplo, que, desde el sector privado y la sociedad civil, pueden diseñarse y ponerse en práctica soluciones eficaces. Reconoce la magnitud de los problemas, pero no se queda en el lamento, por el contrario, invita a la acción colectiva basada en la evidencia y el conocimiento disponible. Invito a leerlo.</div>
</span>Alejandro Gaviriahttp://www.blogger.com/profile/08910006598161301475noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-21417826.post-26749921132223120242018-12-03T09:28:00.000-05:002018-12-03T11:21:20.735-05:00Corrupción y ética individual <div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgOEks8TTC3jnNi2phSQRiLwjFIkYnlR5p2UdJH4mqSews1XKFJfN-pvzUsuveJQtJYxwiuReBR96Jw8kH0552zSRJW61AeYD1FOE9y4yNATRSy2Bv02lySv9XXMfjocKJAGZR4GQ/s1600/main-image.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="392" data-original-width="918" height="272" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgOEks8TTC3jnNi2phSQRiLwjFIkYnlR5p2UdJH4mqSews1XKFJfN-pvzUsuveJQtJYxwiuReBR96Jw8kH0552zSRJW61AeYD1FOE9y4yNATRSy2Bv02lySv9XXMfjocKJAGZR4GQ/s640/main-image.png" width="640" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Hace dos semanas, invitado por la Cámara Colombiana de Infraestructura, estuvo en Colombia <a href="http://danariely.com/">Dan Ariely</a>, uno de los expertos mundiales en economía del comportamiento. Habló de ética y decisiones individuales. No pretendo resumir su charla. Menos su investigación. Pero transcribo, de manera telegráfica, diez de sus hallazgos. Todos relevantes para el debate actual sobre corrupción. </span></div>
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"></span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">
<div style="text-align: justify;">
1. Todos somos moralmente imperfectos. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
2. Resulta imposible, entonces, dividir el mundo binariamente entre buenos y malos. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
3. Casi todos incurrimos en pequeñas trampas. Una minoría incurre en grandes actos de corrupción. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
4. Pero todos somos vulnerables. Todos podemos rodar cuesta abajo por la pendiente resbaladiza que termina en la corrupción. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
5. Todos somos astutos, expertos en racionalizar nuestras desviaciones éticas: “todo el mundo lo hace”, “no le estoy haciendo daño a nadie”, “era un asunto de justicia”, etc. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
6. Los conflictos de interés nublan nuestros juicios morales. Piénsese de qué manera juzgamos al árbitro cuando juega nuestro equipo y cuando no. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
7. La ética es como la dieta, una cuestión de todos los días, implica lidiar con tentaciones frecuentes. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
8. La confianza pública es inestable, precaria, puede perderse en cualquier momento. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
9. Recuperarla es muy difícil. Toma al menos un comienzo de cero, un acto público de contrición, etc. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
10. En últimas la lucha contra la corrupción empieza con la introspección.</div>
</span>Alejandro Gaviriahttp://www.blogger.com/profile/08910006598161301475noreply@blogger.com7tag:blogger.com,1999:blog-21417826.post-16028528350938333172018-10-20T21:56:00.002-05:002018-10-21T11:42:31.584-05:00Coincidencias <div style="text-align: justify;">
Llegué al aeropuerto temprano. Tenía una presentación en la feria del libro de Cali y no quería correr riesgos ni pasar apuros. Esperé tranquilamente casi una hora sin los afanes y agobios de mi vida previa.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
Ya en el avión hubo un pequeño retraso. Una conmoción menor. Oí que llamaban insistentemente a un pasajero que nunca llegó: "Roberto... favor presentarse a la cabina". Mi indiferencia, me doy cuenta ahora, omitió el apellido. <br />
<br />
Aterrizamos en Cali. El conductor que debía recogerme llegó media hora tarde, exasperado, quejumbroso del tráfico y la vida. Tenía dos carteles escritos a mano, uno de ellos con mi nombre. Salimos hacia el carro, una camioneta blanca. El seguía preocupado, ansioso. Se subió y se bajó inmediatamente. Comenzó a caminar de nuevo hacia la salida de vuelos nacionales. "Falta alguien que venía en el mismo vuelo", me dijo. Vi que el otro cartel decía "Roberto...". No alcancé a leer el apellido. <br />
<br />
Después de varios minutos regresó resignado. "Vamonos, yo no vi a nadie más esperando", le dije. Salimos. Su teléfono no paraba de sonar. Alguien preguntaba insistentemente por Roberto. "No llegó", decía el conductor. La llamada y la respuesta se repitieron tres veces. "Averigüe el celular de Roberto", dije en un intento por apaciguar el conflicto en ciernes. <br />
<br />
Llegué a mi destino. El conductor seguía preocupado por el pasajero ausente. "Nunca apareció el otro señor, Roberto Burgos", explicó de manera defensiva. Andrés Grillo de Planeta, quien estaba allí, inquieto por la tardanza, consciente ya del problema, aclaró el sentido de la tragicomedia: "Roberto Burgos murió hace unos días". La vida parecía no resignarse a su ausencia, pensé. Uno sigue viviendo por un tiempo en las bases de datos, en la logística del mundo, en carteles y parlantes. En fin, la inercia de las cosas.<br />
<br />
Hace un mes largo llegamos juntos a la Feria del libro de Bucaramanga Jorge Orlando Melo, Mario Mendoza, Roberto Burgos y yo. La logística funcionó aquella vez sin tropiezos. Ese día lo vi por última vez. Nunca coincidimos. Me habría gustado conversar con él. Oir sus historias. Empaparme de su sabiduría. No pude. Nuestra cita inesperada nunca fue. Me quedó esta historia de fantasmas y ausencias. Así es la vida. Nos regala algunas coincidencias como consuelo. </div>
Alejandro Gaviriahttp://www.blogger.com/profile/08910006598161301475noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-21417826.post-18736929691457622942018-10-02T18:47:00.000-05:002018-10-02T18:50:47.780-05:00Solo Islandia <div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Durante los últimos dos años 25 mil personas han sido asesinadas (jibaros, consumidores ocasionales de drogas, etc.) en Filipinas por la policía o los llamados “vigilantes”. La policía ha compilado una “lista de las drogas” que parece anticipar una sentencia de muerte. <a href="http://time.com/philippines-drug-war/">Las victimas</a> son usualmente arrojadas en la calle o en los patios de sus viviendas. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /><a href="http://time.com/5409425/philippines-duterte-extrajudicial-killings-icc/">El presidente Rodrigo Duterte cuenta con una impunidad casi absoluta</a>. Destituyó recientemente a la presidenta de la Corte Suprema y decidió hace unos meses retirarse de la Corte Penal Internacional. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br />¿Qué dice la Iglesia Católica en Filipinas?<br />Nada. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br />¿Qué ha dicho el Papa?<br />Nada. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br />¿Qué ha dicho el gobierno de China?<br />Nada. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br />¿Qué dicen Japón y Corea de Sur, los principales donantes y promotores del desarrollo en Filipinas?<br />Nada. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br />¿Qué ha dicho los Estados Unidos?<br />Nada. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br />¿Qué dice la Unión Europa?<br />Casi nada, <a href="https://www.reuters.com/article/us-philippines-eu-aid/philippines-eu-say-aid-joint-projects-intact-despite-dutertes-ire-idUSKCN1GE1I3">un pronunciamiento tímido</a> sobre posibles condicionantes a la ayuda externa. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /><a href="https://news.abs-cbn.com/overseas/02/27/18/iceland-urges-un-body-to-further-investigate-philippine-drug-war">Solo Islandia alzó su voz de protesta</a> ante un genocidio sin nombre. Solo Islandia asumió una posición clara, se pronunció de manera vehemente en el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas en Ginebra (Naciones Unidas ha comenzado algunas indagaciones).</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br />La indiferencia, el oportunismo y los intereses particulares son la norma. Una isla remota de 300 mil habitantes es la excepción, un último resquicio de solidaridad y humanismo.</span></div>
Alejandro Gaviriahttp://www.blogger.com/profile/08910006598161301475noreply@blogger.com7tag:blogger.com,1999:blog-21417826.post-60313440962504393592018-09-13T19:11:00.001-05:002018-09-13T22:49:50.952-05:00Una noticia <div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhinJNlJf7pUQFjbeVlIQ0sEYBu2QDo8ewMXr8t4DRFTJuPwY_qPmOWT66-7GhSEqEY-DgMaCFkDmn5JQ7sLPmq4EnmP42XEmCu6tby3PCItiSQBo2bEBDKlAEY4GiRxxsnUUwCrQ/s1600/jj.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="437" data-original-width="607" height="287" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhinJNlJf7pUQFjbeVlIQ0sEYBu2QDo8ewMXr8t4DRFTJuPwY_qPmOWT66-7GhSEqEY-DgMaCFkDmn5JQ7sLPmq4EnmP42XEmCu6tby3PCItiSQBo2bEBDKlAEY4GiRxxsnUUwCrQ/s400/jj.jpg" width="400" /></a></div>
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;">Se dicen arqueólogos<br /> <br />Pero son una suerte de poetas obsesivos, escrutadores<br /> <br />Pasan la vida de rodillas, esculcan la tierra en busca de restos y misterios<br /> <br />Inventan cuentos, hacen conjeturas, especulan con dioses y desastres<br /> <br />Uno de ellos encontró un pedazo de piedra atravesado por líneas cruzadas, un dibujo hecho hace setenta mil años con una crayola prehistórica de punta roma y color ocre<br /> <br />Un microscopio electrónico confirmó el milagro, la paternidad humana de la geometría incipiente<br /> <br />Los poetas le dieron un nombre cifrado, G7bCCC-L13<br /> <br />Dicen que es un símbolo, pero podría ser una marca utilitaria, unas rayas caprichosas, cualquier cosa<br /> <br />Nunca lo sabremos, el pasado es inescrutable, asunto de poetas<br /> <br />Parece un # dicen algunos<br /> <br />Asombra la coincidencia, insinúa que somos los mismos<br /> <br />Marcamos las piedras y dejamos que se las l</span><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;">leve el tiempo</span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;"> <br />#humanos</span>Alejandro Gaviriahttp://www.blogger.com/profile/08910006598161301475noreply@blogger.com4